jueves, 18 de diciembre de 2008

Agricultura en la España Moderna (Antonio Eiras Roel)

Producción y precios agrícolas en la Galicia atlántica en los siglos XVII-XVIII. Un intento de aproximación a la coyuntura agraria:

a) La producción:

Producción como variable "independiente" porque se entiende que en los siglos XVII.XVIII ésta es la que influye sobre la evolución de la población y de los precios, más que a la inversa. Por lo tanto, posición de los autores contraria a la de muchos otros estudiosos contemporáneos, que sostienen la primacía de la población y de los precios sobre la producción agraria (J. Vicéns Vives, B. H. Slicher van Bath, E. Boserup, etc.) y más próxima a la de los autores que creen para la época preindustrial en la influencia determinante de la marcha de la producción agrícola o agropecuaria sobre el crecimiento de la población (P. Goubert, E. Le Roy Ladurie) y sobre la formación de los precios (M. Morineau).

Las series de arrendamiento diezmales que usan para el estudio las contemplan únicamente desde el punto de vista del movimiento de larga duración de aquélla, renunciando a las posibilidades desiguales que ofrecen para apreciar las fluctuaciones cíclicas. De este modo, para observar el movimiento de larga duración combinan las ventanas de la observación por ciclos y de la observación por décadas. Las cuatro primeras décadas del XVII son de ligera contracción, en las que se adivina la continuidad de la crisis finisecular del XVI, iniciada, según todos los indicios, ya a la altura de los años 1580. Desde el interior de la década 1640-50, el hecho mayor dominante es la temprana y pujante elevación de la producción durante toda la larga fase de expansión agraria (1644-1727), epilogada por un leve crecimiento "estagnante" hasta 1753, que en la Galicia occidental se liga a la expansión del maíz y a las transformaciones agrarias que comporta. El segundo hecho mayor a retener es el igualmente temprano agotamiento y decadencia de la producción, desde 1754 hasta el fin de las guerras napoleónicas.

b) La población:

Los autores se lamentan de la falta de documentación 100% fiable para su estudio (los registros parroquiales del XVII presentan lagunas y los recuentos territoriales no surgen hasta el XVIII). De este modo, se centran básicamente en un par de comarcas de la Galicia atlántica, entre las que han sido estudiadas por el momento, la orla litoral de la Lanzada y el valle fluvial de la Ulla.

La recesión demográfica de la primera mitad del XVII recibe por el momento una mera formulación hipotética, basada en el movimiento de la producción y en el comportamiento de los precios y demás variables conocidas. Contadas series parroquilaes hasta ahora disponibles anticipan el comienzo de una recuperación demográfica; aunque deben ser vistas con cautela. Admiten algunas excepciones locales en cuanto a la fecha más o menos temprana del final de recesión demográfica (en algunas localidades conocidas parece darse antes de 1644), cuestión relacionada con la precoz implantación del maíz en algunas comarcas privilegiadas de la Galicia atlántica. Desde 1644, la idea dominante es la precoz e intensa recuperación demográfica, general y sostenida (con algunas leves caídas momentáneas), que se extiende durante una centuria. Desde mediados del XVIII este crecimiento se ralentiza y deja de mostrarse unánime: algunas comarcas detienen su crecimiento demográfico en 1754, otras en 1769, algunas otras muestran una reactivación finisecular; pero en el conjunto de la Galicia atlántica la fase más intensa del desarrollo demográfico es la centuria 1650-1750.

c) Los precios:

Los índices muestran la existencia de cuatro fases bien definidas en el movimiento de los precios del grano:
1_ Fase de estancamiento (1600-1651), que sucede al período de alza de precios de 1550-1600, y cuya característica es el escaso movimiento de los índices. Los cereales, que han venido experimentando en toda la segunda mitad del XVI (y sobre todo en el último cuarto de siglo) un alza ininterrumpida de precios, hasta duplicar en 1600 el nivel de 1550, se mantienen durante la primera mitad del XVII fluctuando en torno al índice 100.
2_ Fase corta de alza de precios (1652-1681), cuya característica es la continuidad y uniformidad del movimiento. En treinta años los precios medios de los cereales suben casi un 60 por 100.
3_ Fase de contracción (1682-1727), cuya característica es la inestabilidad, ligada indudablemente a violentas fluctuaciones cíclicas de las cosechas, que parecen registrar los elevados valores de los coeficientes de variación del período. Del nivel 160, en el año 1680, los precios se desploman al nivel 100; y tras una violenta subida durante un ciclo, retornan al final del período al nivel 120.
4_ Fase larga de alza de precios (1728- 1817), cuya característica es la intensidad y la continuidad del movimiento. En noventa años los precios agrarios casi se quintuplican, pasando del nivel 120 al nivel 570 en la media de los tres cereales, y éste parece ser el hecho dominante de la coyuntura bisecular de los precios. El alza de los precios es aquí más precoz y más fuerte que en el interior de la Península.

Respecto a los precios de la carne y el vino, su movimiento no es enteramente uniforme con el de los cereales. Durante la fase de estancamiento de la primera mitad del siglo XVII los índices de precios de la carne y del vino caen por debajo de los de los cereales perceptiblemente. Durante la fase corta subsiguiente de alza general de precios los de la carne y el vino acompañan, e incluso superan ligeramente, a los de los cereales en su subida. Durante la fase de inestabilidad de 1682- 1727 el comportamiento de la carne y del vino es variable, pudiendo afirmarse que en conjunto suben menos qu los de los cereales en los momentos de baja de precios. Por último, durante la fase larga alcista de 1728- 1817 la ley histórico-económica por la que los granos aventajan siempre en su alza a los alimentos superiores se cumple de modo desigual según los productos: hasta los primeros años del XIX el precio de los granos aumenta casi el doble que los del carnero y del vino, pero mantiene aproximadamente el mismo ritmo de crecimiento que los de la carne de vacuno.

Fuente: Antonio Eiras Roel, Estudios sobre agricultura y población en la España Moderna, Santiago, 1990

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La agricultura en la Edad Moderna (II)

. Agricultura en los Países Bajos:

Se declaró un modelo de agricultura científica. Tenían un nivel técnico muy superior al del resto de Europa. Ampliaron las superficies cultivables mediante los polders (por un sistema de enclosures, es decir, les permitía ganar tierras y también dejarlas en buen estado para la agricultura). Además usaron molinos de viento muy avanzados y sistemas de abonado superiores a los del resto del continente (para ello usaban también los residuos humanos de las coudades: zona urbana era importante). Asimismo, había un mercado muy desarrollado.

Pudieron ampliar los cultivos y establecer los sistemas de rotación, muy superiores a los de Europa: poseían más agua y más estiércol. Al tener más abono animal, conllevaba que tenían más terrenos para alimentar al ganado, dedicándole menos tierras al cereal. De este modo, rendían más y eran grandes distribuidores de trigo: la zona de Suecia llevaba trigo a Europa con Holanda como intermediaria. Cuando las Provincias Unidas cultivaban cereal, antes que para la subsistencia era para venderlo en el mercado, lo que con llevaba grandes beneficios. Los holandeses, de este modo, van a empezar a extender el cultivo del cereal hasta el año 1550; pero a finales del XVI van a pasar del trigo a los cereales mixtos y a la ganadería estabulada.

En los Países Bajos también se llegaron a perfeccionar las rotaciones sin barbecho, aumentaron la eficacia de los arados y, por último, usaron los molinos de viento para un mejor drenaje de los campos.

En conclusión, agricultura excepcional con mayores rendimientos gracias a una mayor tecnificación, a un mejor equilibrio con la ganadería y a los apollos para su control del comercio. Cerca de la mitad de la tierra era de los campos, estando los agricultores más interesados en la producción (incluso los más desfavorecidos tenían derechos constitudinarios que les permitía seguir al frente de las tierras).

. La agricultura en Inglaterra:

En los siglos XVI-XVII fue una excepción en el continente. En el caso inglés se produjeron diferentes variantes que escaparon a este círculo vicioso que se había formado en Europa. La cuestión de fondo era la revolución agrícola que precedió a la industrial. En el sistema agrario inglés existían dos notas diferenciales al resto del continente: en primer lugar el sistema agrario inglés dio origen a una estructura social, donde la gentry tuvo mucho interés en subir beneficios. Esto se debió al surgimiento de esta nueva clase tras arrasarse gran parte de la nobleza por la Guerra de los Cien Años y la de las Dos Rosas. Además la separación de Roma otorgó nuevas propiedades a esta clase, que propició e intentó aumentar la producción y la diversificación (ej: zanahoria, nabos, patata, trevol, etc.) -> Alimentan a la cabaña ganadera del país y, por lo tanto, había un mayor equilibrio entre ganadería y agricultura.

En este punto los historiadores han puesto atención a en los enclosures, que eran tierras cercadas (setos, vallas, zarzas...), que antes eran openfields y en aquel momento, con este proceso, pasaron a ser propiedad privada, que a su vez va a ser destinada al cultivo de productos que otorgaran beneficios (= agricultura empresarial). Esto estaba relacionado con otros factores: el mercado inglés era importante, así como su actividad protoindustrial. Los propietarios reinvertían los beneficios en mejorar los cultivos, lo que conllevaba una mayor diversificación y mejoras técnicas (ejemplos: sistema de tres hojas, desecación de pantanos, etc.). Los historiadores, especialmente la historia marxista, se han preocupado por los enclosures, ya que prácticamente crearon una nueva estructura social: con el cercado muchos campesinos no pudieron salir adelante y se convertían en un proletariado rural o se iban a las ciudades a trabajar en actividades industriales (postura defendida por los marxistas). Actualmente, en la agricultura inglesa se ve que este proceso realmente existió, pero algunos estudios recientes afirman que los enclosures no produjeron tantos beneficios y que las ganancias en la agricultura del siglo XVI no sólo se produjeron en la cerrada. Asimismo, los cercamientos estaban muy localizados en zonas como las cercanías a Londres, las highlands, etc., pero en otros espacios no ocurría esto. De hecho, entre 1500 y 1650 sólo el 10% de las tierras era cercada. Además, esta actividad no fue constante si no que fue a saltos. Pero a partir de 1650 se incrementó el proceso. Los cercamientos ya no se veían como el cataclismo de una sociedad agrícola tradicional, si no que el proceso reforzó las divisiones sociales que ya estaban presentes. También se está reconsiderando si los cercamientos se encontraban en el origen de la mejora de la productividad.

En definitiva, esta cuestión de los enclosures fue construida por el marxismo británico, que en la actualidad se está matizando.

. Agricultura en el siglo XVIII:

Las sociedades y economías de 1800 eran más similares a las del 1700 que a las del 1900: predominio en la agricultura del cereal. Los rendimientos durante el siglo XVIII continuaban siendo muy flojos, pero durante el siglo XVIII avanzó la técnica (nuevos arados, nuevos sistemas de tracción, etc.), pero de manera limitada, con lo que tenemos unas características similares a las de los siglos anteriores.

Los mayores cambios fueron la expansión de nuevos cultivos de subsistencia, como la patata y el maíz (ejemplo: en el siglo XVII el maíz salvó la demografía de la Cornisa Cantábrica). Al principio hubo reticencias a su consumo, pero acabaron por imponerse. También se generalizó la producción de frutos secos y de la vid para la venta al exterior.

Durante el siglo XVIII la geografía económica estaba formada por un entramado de espacios regionales (nacionales, supranacionales): la agricultura dará productos para el consumo y para la industria, como el cáñamo, algodón, lino, seda, etc. Además mejoró el clima, con lo que mejoraron las cosechas. La agricultura del siglo XVIII generó una gran diversidad de realidades, desde la agricultura cerealística tradicional, hasta zonas como los Países Bajos, Normandía y el Valle Po, con agriculturas modernas y más especializadas en productos.

El panorama parecía ser muy similar al de los siglos anteriores, pero al profundizar se ven muchas excepciones que empezarán a alimentar un nuevo tipo de sistema económico.

martes, 16 de diciembre de 2008

La agricultura en la Edad Moderna


. CARACTERÍSTICAS:

. El cultivo básico era el cereal.
. Escasa tecnificación, poco y lento avance tecnológico.
. Limitación de las expansiones del campo. Relación entre la expansión del siglo XVI y el declive del XVII, debido al aumento de la población y de los medios de pago (más adelante ampliado). La producción pasó a ser recogida para ser vendida (por oro y plata = más moneda). Había que cubrir autoconsumo y necesidades de mercado.
. Agricultura extensiva -> Dejar que el grano críe por su propia cuenta (al contrario de la agricultura intensiva). Planteamiento sujeto a cualquier inclemencia metereológica (ventiscas, por ejemplo). Casi la única defensa usada en la época ante las plagas era la oracíón (ejemplo: plagas de langosta en España en el siglo XVII). Todo ello debido, sobre todo, a la escasa tecnificación de la agricultura.

En cuanto a la propiedad, se diferenciaba en función de la titularidad o en función del uso (no era lo mismo el dominio jurisdiccional que el útil). Ambos otorgaban derechos.
. Dominio jurisdiccional: señoríos, donde el señor podía ejercer dominio sobre sus siervos y tierras. Titularidad.
. Dominio útil: sentido que se le da a la tierra según los que se trabaje en ella (por una persona en concreto, se "adueña" de ella).
La Corona puede otorgar lo primero, pero no lo segundo. Naturalmente, ambos casos no se encontraban en igualdad de condiciones.

Por otro lado, estaba y está la propiedad privada frente a la propiedad pública. Durante la Edad Moderna va a existir un tipo de propiedad que será comunal, perteneciente a los ayuntamientos. En el caso español, este tipo de propiedad se dividirá en propios y comunes. Los bienes de propios eran aquellas propiedades que se arrendaban por parte de los ayuntamientos al mejor postor. Esto era un ingreso municipal. Los comunes en cambio podían ser usados por cualquier habitante.

En la Edad Moderna hubo una tendencia a la privatización. Cada vez más, la propiedad comunal va a ir disminuyendo en favor de la propiedad privada. Esta tendencia es general en Europa.

En cuanto a producción y productividad, ésta en general era baja, con bajos rendimientos (en cosechas medias, grano bajo). Por cada grano cultivado, había que tener en cuenta las tasas de reproducción, los impuestos (señoriales, eclesiásticos, etc.), lo que había que descontar (por enviarlo al mercado o pagar a un señor...).

La producción tendió a aumentar en el siglo XVI (a partir de 1580/90), pero no la productividad (relacionado con la ley de rendimientos decrecientes). En el siglo XVI, se dio el crecimiento demográfico por un lado; por otro se dio un aumento de los medios de pago (monetarios, como el oro y la plata, y no monetario, como las letras de cambio). En cuanto a los terrenos de cultivo, debido al aumento demográfico, aumento por lo tanto de los terrenos cultivables. Esto conllevó que estos terrenos fueran empeorando en cuanto a calidad. Un ejemplo: un campesino podría tener en 1520, dos mulas. En 1550, cuatro mulas. Y en 1570, con suerte, también cuatro mulas (cada vez eran más caras, debido a la Revolución de los Precios), con lo que los rendimientos/producción ya no pueden dar más de sí y tienden a bajar.

Además se va a ir produciendo un mayor y progresivo desequilibrio con la ganadería. En el s. XVI, todo el terreno debía dedicarse al cultivo del cereal, con lo que poco a poco la ganadería va relegándose a un segundo plano. Como en ese momento hay que alimentar a más gente y están aumentando los precios, lo que interesa es sacar al mercado, no la ganadería. Pero ésta era un complemento para la agricultura (se necesitaba un equilibrio). Sólo se salvó Holanda.

Cambio también tecnológico, donde se fueron sustituyendo bueyes por mulas (una mula ara más rápido. Además, tienden a ser más resistentes, comiendo menos). Pero las mulas tienen un grave problema: aran más rápido, pero peor. No tienen tanta fuerza, el arado no entra tan profundamente en la tierra, con lo que la recuperación de ésta tarda más y no es de tan buena calidad. También, al no entrar bien el grano, es más fácil que los cultivos saliesen dañados con las ventiscas. Característica de la recuperación de la tierra: se usaban abonos cada vez más escasos, con sistemas de rotación muy primarios, siendo el más extendido el de año y medio = barbecho. Poco a poco; aunque de forma excepcional, se va a ir introduciendo un nuevo sistema de cultivo, que era el de tres hojas o Norfolk. Éste consistía en campo dividido en tres partes (una de ellas serviría para alimentar al ganado).

miércoles, 10 de diciembre de 2008

la teoría del valor del trabajo

La única teoría del valor trabajo en Smith se presenta cuando el autor analiza la sociedad ruda y primitiva y establece que allí el único determinante del valor de un objeto es el trabajo que costó adquirirlo a su poseedor, caso que ilustra con su famoso ejemplo del castor y el ciervo. Pero el eje central sobre el cual se basa su estudio no es aquella sociedad ruda, sino mas bien la sociedad civilizada, donde los medios de producción y el capital han sido apropiados por agentes privados. Allí, dice Smith, el trabajo no mide sólo aquella parte del precio que se resuelve en él, sino también el que se resuelve en beneficios y rentas. Así, el trabajador incorpora valor a la mercancía, pero no recibe el total de éste sino la parte correspondiente a salarios y el valor restante va destinado a pagar los beneficios del capital y la renta. Es notable como entonces, para Smith, el trabajo humano es en última instancia la causa de valor, pero explica que en la sociedad capitalista este valor no corresponde totalmente a quien lo añade, pues existe una "clase de hombres" que destinan su capital para adelantar los salarios y que deben recibir un beneficio sobre su inversión.
Así, el precio se resuelve tres partes o componentes: la primera parte va destinada a los salarios de los trabajadores, la segunda a los beneficios del capital de quien lo invierte y la tercera y última porción va destinada al terrateniente. Cuando las tasas a que se pagan estas masas de beneficio están equilibrio, se puede hablar de un precio natural de la mercancía. Así lo plantea Smith: "el mismo precio natural varía con la tasa natural de cada uno de sus componentes: salario, beneficio y renta".
Una postulación formal propuesta por Sraffa es la siguiente: P* = S S* + B* + R* donde ( * ) indica el estado de equilibrio, tanto del precio P como de cada una de las tasas de beneficio (Salario, Beneficio y Renta). Smith indica que las tasas de beneficio están determinadas por "las condiciones generales de la sociedad", que se proyectan en el grado de desarrollo de ésta, definido por el autor como de progreso, estancamiento y decadencia.
El precio efectivo o de mercado estará dado por la proporción entre la cantidad llevada al mercado y la demanda proveniente de las personas que están dispuestas a pagar el precio natural de la mercancía. Smith afirma que en una sociedad de libre concurrencia, la competencia permite que las fuerzas de la oferta y la demanda actúen sobre los precios de mercado dirigiéndolos a su nivel natural. En efecto: "El precio natural es como un precio central en torno al cual gravitan constantemente los precios de todas las mercancías. (…) El esfuerzo total desarrollado para traer cualquier mercancía al mercado se ajusta naturalmente a la forma de la demanda efectiva".




http://www.gestiopolis.com/recursos/documentos/fulldocs/eco/tevalor.htm

El liberalismo económico

La obra de Adam Smith es comparable a la de Goethe en el sentido de que ambas figuras iniciaron el camino a la contemporaneidad pero siguen siendo hombres del Antiguo Régimen. La riqueza de las naciones, la obra más importante de Smith, se publicó en 1776 por lo tanto es anterior a las grandes manifestaciones de la Revolución Industrial, por eso como dice Michel Baud en su historia del capitalismo el mundo que vivió Adam Smith es el mundo anterior a la incorporación a la máquina de vapor. Smith no vivió la Revolución en toda su extensión, Por ejemplo no asistió al movimiento del campo a la ciudad, los conflictos obreros, o el perfil que adquirió el empresario, podemos decir que la obra de Smith está escrita desde posiciones del Antiguo Régimen.
Adam Smith (1723-1790) nació en Escocia y se educó en un ambiente familiarizado con la economía, pues su padre era agente de aduanas. Estudió en Glasgow y Oxford, y llegó a ser profesor de filosofía y lógica en Glasgow, de hecho su primera obra es de filosofía. Más tarde Smith fue contratado como tutor del hijo de un noble inglés y le acompañó por sus viajes por Europa. Gracias a estos viajes Smith conoció a Quesnay, Turgot y D´Lambert, y pudo ver de primera mano la situación económica del continente.
A partir de 1766 empezó a escribir la Riqueza de las Naciones, que tuvo un éxito inmediato y una gran aceptación, de hecho, el primer ministro de Inglaterra elogió la obra. El éxito de la misma radica en que fue capaz de divulgar muchas ideas, la mayoría ya existentes, por eso hay autores como Schumpeter que han desmitificado a Smith en su papel como visionario y defienden que más bien fue un compilador y un divulgador.
La Riqueza de las naciones es una obra larga y difícil de leer debido al desorden de ideas expuestas, pero cuenta con varias ventajas. La primera es que está muy bien redactada, pues está escrita con una prosa ágil. Además está plagada de de datos que Smith recogió en sus viajes y expuso en su obra. También presenta toques de humor e ironía.
La obra presenta tres conceptos fundamentales: 1º la naturaleza del sistema económico, donde Smith analiza las fuerzas del desarrollo de la economía, 2º los precios y los salarios, que llevaran al desarrollo de una teoría del valor, y 3º el papel del estado en la economía, reflexionando como debía actuar para aumentar la producción. Estas ideas están muy vinculadas al S.XVIII, por eso lo que Smith trataba de encontrar eran las bases del desarrollo económico y la búsqueda de la felicidad.
Analizando la naturaleza del sistema económico Smith desarrolló el concepto de individualismo, es decir, puso de manifiesto el papel del interés individual como motor de la economía. El interés individual estaría en la base misma del crecimiento económico y por extensión del progreso y de la felicidad. La economía tenía como motor al propio individuo y su ambición por enriquecerse. Así mismo afirmó el interés económico privado es la mejor fuente de riqueza en un sistema de libre competencia. Smith también habló de la mano invisible, que sería una fuerza que guiaría a los individuos en sus actividades económicas. Los economistas consideran que la mano invisible serían las estructuras de mercado. Este concepto ya aparece en la anterior obra de Smith, refiriéndose a ella como una fuerza espiritual que de forma inconsciente haría que unas personas se volvieran ambiciosas y buscaran enriquecerse, repercutiendo esto en el bien común. Smith se acercó al estudio de la economía desde posturas filosóficas y su teoría de la mano invisible rehabilitó la figura del comerciante, ya que, según ella lo que hacía el comerciante beneficiaba a la sociedad.
El estudio de precios y salarios dará lugar a una teoría sobre el valor. Hasta Smith el salario no tenía mucha importancia en el pensamiento económico, pero él vio la importancia que tenían los salarios en la economía de su tiempo, pues la gente trabajaba por un salario y dependiendo de la cuantía podría comprar más o menos productos. Smith dijo que el precio de un producto no era aleatorio sino que era la conjunción de capital invertido, salario y beneficio. El trabajo es esencial en el pensamiento de Smith, pues para él cualquier mercancía podía valorarse en función de la cantidad de trabajo que tuviera que hacerse para su elaboración. El trabajo por tanto serviría para medir la riqueza de un país, por eso para Adam Smith la potencia económica no se medía en cantidad de metales preciosos, sino que el parámetro para medirla sería la eficiencia en el trabajo de la nación, es decir, la masa trabajadora de un país. Por ejemplo Smith dijo que la Monarquía Hispánica era la que más plata tenía, pero como no fue capaz de generar trabajo no fue rica nunca. Además dado que el precio es en teoría lo que marca el valor de las cosas Smith esbozó una teoría del valor, en la que defendía que existían dos tipos de valor en un producto, el valor de uso y el valor de cambio. El valor de uso sería el valor que tiene una cosa para aliviar una necesidad y el valor de cambio es el valor de mercado. Un ejemplo claro es el del agua, que tiene mucho valor de uso pues es necesario para la vida, pero cuesta muy poco por lo que tiene poco valor de cambio. Smith defendió la remuneración del capital, es decir, defendía que un préstamo debía conllevar un interés. También Adam Smith va aponer mucho énfasis en la importancia de la agricultura lo que demuestra que Smith era un hombre de su tiempo y que estuvo influenciado por la fisiocracia.
El papel del estado en la economía debía limitarse a la creación de un sistema económico de libertad de comercio interior y exterior, por lo tanto no debía intervenir directamente en la economía. Sin embargo en el pensamiento de Smith el estado sí tenía una función activa pues debía educar a sus ciudadanos.
La ideología de Adam Smith es parte esencial del sistema económico actual, pues sus ideas fueron tomadas por otros autores del liberalismo económico. Sin embargo sus teorías presentan problemas, Smith partía del supuesto de que los mercados son perfectos, pero en la actualidad sabemos que eso no es cierto y que los mercados son asimétricos. Smith creía que en economía todos podían luchar en igualdad de condiciones para luchar por el beneficio, pero hoy sabemos que eso no es cierto.

La fisiocracia


En el siglo XVIII se desarrollo en Francia un cuerpo de teoría económica conocido como fisiocracia, supuso el comienzo de la era de escuelas y sistemas de pensamiento económico.

Hoy en día se desprecian en parte los méritos de la fisiocracia ya que estaba ligada de una forma esencial a la agricultura. Sin embargo cabe destacar que los fisiócratas compartían con los economistas ingleses preclásicos (Petty y Cantillon) el haber descartado la idea de que la riqueza y su aumento se debían al comercio. Trasladaron al campo el poder de crear riqueza, a través de los excedentes disponibles, y la búsqueda de ese excedente fue el punto central de sus análisis.

El punto de partida de los fisiócratas es la división del trabajo en dos categorías: productivo y estéril. El productivo es aquel trabajo capaz de crear excedente, todo aquel trabajo incapaz de crear excedentes es estéril.

Uno de los principales problemas de los fisiócratas es su limitación a la agricultura que supuso que ignoraran por completo el problema del valor de cambio (no tenían clara la diferencia entre valor de uso y valor de cambio), así pues no pudieron realizar un analisis de las circunstancias que hacen posible la creación de un excedente, como hubieran podido hacerlo en otro caso.

La fisiocracia también "cogió" del pensamiento de Cantillon otras ideas importantes como por ejemplo la de la corriente circular o la especial posición de la clase propietaria de las tierras.

En conjunto los fisiocratas imaginaban el orden natural de la sociedad como regulado por el principio de individualismo. Postulaban una perfecta armonía tanto en los intereses individuales como entre los intereses del rey y los de sus súbditos. El tema debe contemplarse, sin embargo, en su conjunto, como formando parte del contexto del fundamental dualismo del pensamiento fisiocrático, que se basaba en la distinción entre el orden natural y el orden positivo. Solo en el orden natural (en el ideal) podrá alcanzar el armonioso individualismo su pleno florecimiento. El individualismo fisiocrático se completaba con un profundo respeto por la propiedad privada.

Los dos máximos exponentes del pensamiento fisiocrático fueron François Quesnay (1694-1774) y Anne Robert Jacques Turgot (1727-1781). Quesnay fue medico personal de Luis XV y entró en la economía cuando tenia ya sesenta años. El estudio de la economía no fue mas que una fase de transición en su carrera intelectual. por su parte Turgot fue uno de los últimos ministros del Antiguo Régimen y quiso siempre conservar su independencia respecto a la escuela de los fisiocratas aunque siempre estuvo intimamente unido al grupo.

Por último destacar la influencia que el pensamiento de los fisiócratas tuvo en el extranjero y especialmente en el despotismo ilustrado en la época, ya que era un pensamiento acuñado en Francia que en ese momento era tomada como ejemplo tanto político como en otros ámbitos. Sin embargo la influencia de la fisiocracia fue bastante efímera (apenas un par de décadas) ya que su programa presentaba ciertas incongruencias además de mezclar características medievales con otras bastante modernas.


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA:

ROLL, ERIC: HISTORIA DE LAS DOCTRINAS ECONÓMICAS

SPIEGEL, HENRY: EL DESARROLLO DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO. ED:OMEGA




miércoles, 3 de diciembre de 2008

Variantes nacionales del pensamiento económico

CASTILLA

1. SS. XVI y XVII: arbitrismo

2. S. XVIII: proyectismo

1. En este reino el mercantilismo se identifica con arbitrismo. El arbitrismo constituyó una práctica económica propia de los siglos XVI y XVII. Consistía en una serie de escritos (arbitrios que se elevaban al rey, en los cuales se detectaba un problema económico y se le daba una posible solución, con un planteamiento más práctico que explicativo. Un arbitrista, por consiguiente, es una persona que, en beneficio del reino, trata de solucionar un "mal del país" por medio de sus memoriales de soluciones. Era un grupo muy heterogéneo, sin ningún tipo de conciencia de pertenecer a un sector diferenciado de la sociedad, y su trabajo no constituyó ningun pensamiento económico homogéneo; simplemente se trataba de súbditos del rey que, por una u otra circunstancia, elevaban sus propuestas al monarca por el bien común del reino. De hecho, cualquiera podía ser arbitrista, al ofrecer consejo a su señor, ya que era un deber feudal, y no hay que olvidar que en los estados modernos, el rey es señor de señores en el proceso de fortalecimiento del poder regio. A cambio, el arbitrista esperaba una merced o recompensa. Este concepto de arbitrio no es nuevo ni propio de la Edad Moderna, sino que nace a finales de la Edad Media, con un origen difuso.


Parte de la Historia Económica de España nos la han proporcionado, en parte, estos arbitristas, como Luis de Ortiz, Martínez de la Mata... aunque había otros arbitrios que planteaban verdaderos disparates (como alcanzar la alquimia para convertir el agua en oro, por ejemplo). En general, estas disposiciones servían para poner en marcha toda la maquinaria administrativa; para elevarlas había que entregarlas al personal administrativo, normalmente teniendo ya dentro del aparato burocrático algún conocido. Además, por lo general, no respondían a intereses personales tanto como a institutivos.


Acerca de los temas sobre los que escribían, algunos de ellos son la decadencia de los sectores productivos por el rentismo, la excesiva e injusta presión fiscal, las guerras... Pusieron énfasis en criticar que Castilla fuera las indias de Europa, al pasar rápidamente sus riquezas al continente y no quedarse en el reino castellano. Son temas muy conocidos para la España del siglo XVII, que gracias a estos escritos conocemos mejor. Hay que tener en cuenta también que la perspectiva es individual; deseaban conseguir beneficios, por lo que plantean la situación como muy dramática, por lo cual la solución parecería mucho más bienvenida (si el mal es peor y el remedio mejor, la recompensa será, pues, mayor). En la actualidad, la crisis del siglo XVII español se está matizando por esta revisión del subjetivismo de los arbitrios.


2. Para el siglo S XVIII hay que hablar, esta vez, de los proyectistas; más precisos y mejor formados sobre los temas que formulaban, y conseguían un pensamiento más sistematizado, pero las características eran similares a las de los arbitristas. Algunos piensan en una linea de continuidad respecto al arbitrismo. Los proyectistas eran poblacionistas; proponían el restablecimiento de los sectores productivos, con especial énfasis en el regeneracionismo de la industria, por lo que favorecían las medidas proteccionistas, al igual que sus predecesores. Hay proyectistas como Urtáriz, Jovellanos o Ulloa muy destacados, así como B. Ward, quien, en tiempos de Carlos III escribió un proyecto de modernización económica (fábricas, sistema de irrigación, o el sistema de carreteras radial, el mismo que hoy día conservamos). Todo ello orientado a un centro desde el cual irradian todas las comunicaciones, creando así un sistema centralista de la economía dentro del ideario político para el fortalecimiento del poder regio. Desde la Ilustración se criticará la ociosidad, el mayorazgo... y desde esta perspectiva, los proyectistas socavan algunos fundamentos del Antiguo Régimen.


Se podía decir que la erosión del Antiguo Régimen estaba dentro del propio sistema, pero desde sus inicios, no sólo en el siglo XVIII, si bien los proyectistas son herederos de los arbitristas.


INGLATERRA


El pensamiento económico inglés , fundamentalmente en el siglo XVIII, fue muy heterogéneo. Los autores más característicos no se proponían enfocar un funcionamiento del sistema económico en sus escritos, sino respuestas a problemas particulares; no entender o explicar todo el sistema. Podemos dividir a los autores en cuatro líneas generales de pensamiento: 1. Balanza comercial favorable. 2. Balanza comercial favorable en términos de empleo. 3. Tipos de interés. 4. Afán de cuantificación.
1. La línea encabezada por autores como G. Malynes, E. Misselden o T. Mun defendía la importancia del sector secundario y terciario, una idea tradicional enmarcada dentro del mercantilismo; es decir, exportar más que importar, y así contar con una balanza positiva en cuanto al comercio se refiere.
2. La balanza comercial favorable en términos de empleo es similar a la línea de pensamiento anterior; defienden un mayor volumen de exportaciones que de importaciones, pero no con el objetivo de atraer al estado más oro y plata, sino arrojando la idea de que exportando más aumenta la producción, cuya consecuencia más inmediata es el aumento de empleo. Es un paso más allá del que dan los autores de la primera línea. Podemos destacar a Child o Cary para esta corriente que, además, llegó a ser interpretada un siglo más tarde por Adam Smith, a través del importante mercader y banquero del siglo XVIII Ricardo Castillon. Es, nuevamente, una visión claramente mercantilista, proteccionista.
3. Acerca del debate sobre el tipo de interés, cabe citar a autores como Child o el padre del empirismo, John Locke, que también participó en el pensamiento económico de su época. En los años 60 del siglo XVII tratarán de reducir la tasa de interés al dinero, lo cual haría descender el tipo de interés. Esta medida la proponen por dos motivos. El primero de ellos es porque en los años 60 hay en Inglaterra un pesimismo, fruto de los brotes de peste y el gran incendio de Londres de 1666, que destruyó más de media ciudad. El otro es la competencia holandesa, cada vez más pujante. En esta coyuntura proponen, pues, poner más moneda en el mercado, por lo quu hay más tendencia a desprenderse del valor menor, y así se pone en circulación la economía.
4. William Petty fue ministro del parlamento y uno de los fundadores de la Real Sociedad de Londres, muy conocido en los ambientes intelectuales del momento. En su obra Aritmética política propone medir la realidad en términos de números, pesos y medidas. Durante el Antiguo Régimen, funcionaban medidas cualitativas o subjetivas (no eran iguales en todas las partes del mundo), relativas, dependiendo de diferentes circunstancias (por ejemplo, una fanega en Castilla era la producción de trigo que generaban dos mulas en un día). Lo que propone, pues, es una cuantificación de los sistemas de medición, en un proceso muy bien retratado por W. Kula en Las medidas y los hombres.
FRANCIA
El caso francés es uno de los más conocidos acerca del mercantilismo. Nos encontramos dos ideas: 1. Los pensadores proponen lograr la autosuficiencia económica del país. 2. Fomentar la industria mediante una serie de medidas proteccionistas. El pensamiento económico francés se refiere, nuevamente, a cuestiones concretas y no a todo el sistema económico. Sus pensadores más destacados son B. Laffemas, Montchrétien y Jean Baptiste Colbert.
Laffemas y Montchrétien ponían el énfasis en el autoabastecimiento y la autosuficiencia del estado francés. Los franceses, en ese contexto de finales del siglo XVI y principios del XVII (las Guerras de Religión, el peligro de la monarquía hispánica, el magnicidio de Enrique IV...) favorece esa idea de supervivencia cerrando las puertas al exterior.
Por su parte, Colbert lleva estas ideas a su máxima expresion bajo el reinado de Luis XIV (será, de hecho, su gran ministro). Destaca por el fomento de las manufacturas. Protegiendo la industria nacional pensaba que tendría acceso a todo el oro y plata de Europa, valiendo más. Obstaculiza la importación tanto de materia prima como de productos manufacturados, con fuertes aranceles, muy importantes en productos extranjeros. A la industria la ayudó con privilegios fiscales, interviniendo en los gremios y, como novedad, creando las Reales Fábricas. Este tipo de industria, de grandes dimensiones, tenían un buen número de privilegios reales, donde se tendía al monopolio y albergando a miles de trabajadores para tener un aproducción capaz de abastecer a toda Francia, y además de crear excedentes para lanzarlos al mercado extranjero. Destaca la industria de gobelinos, una fábrica de tapices con producción de lujo, con el objeto de vender caro. Si el énfasis estaba en los dos primeros autores citados en la autosuficiencia, ahora con Colbert se potencia una política agresiva, de supervivencia frente a una economía pujante, para restar oro y plata a otros países y colocándoles, así, los productos que necesitaran.

El mercantilismo. Parte III

A partir de Heckscher y su obra clásica surgen otros autores que tienen una visión más crítica acerca del mercantilismo, curiosamente todos ellos pertenecientes al mundo anglosajón. Dos de ellos son Jacob Viner, perteneciente a la universidad de Chicago, y Coleman. Este último desmiente que el mercantilismo pudiera construir una escuela. En 1969 dice que Heckscher había dejado de lado la literatura económica castellana u holandesa, y que utilizó de esta manera la parte (casos inglés y francés) por el todo. El mercantilismo sería, pues, un pensamiento a posteriori, creado por la historiografía actual para hacer referencia a un momento concreto del pasado. Esta teoría se refleja en el trabajo de otros investigadores como Perdices de Blas, quien rotundamente afirma que no hay escuela mercantilista.
Por último, Magnusson, en 1994, revalidó el concepto de mercantilismo para aplicarlo al estudio de la economía durante los siglos XVI y XVII, si bien es cierto que el debate sigue abierto, y continúa habiendo historiadores y economistas de ambos bandos.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Sobre la Teoría de Juegos................

Apuntes que me ha podido pasar un estudiante de 3º de LADE + Turismo de la Universidad Rey Juan Carlos:

Enfoques económicos para el análisis de las organizaciones
Douma, SytseSchreuder, HeinMadrid - 20/10/2004

http://www.scribd.com/doc/8480649/Teoria-de-Juegos-Oem

martes, 25 de noviembre de 2008

El mercantilismo. Parte II

Eli Heckscher
Cinco características básicas del mercantilismo:
1_ Poblacionismo
2_ Bullonismo
3_ Protección de industria y comercio
4_ Doctrina de la balanza comercial favorable
5_ Fortalecimiento del Estado/monarquía

1_ Poblacionismo --> Creencia básica de la época de que un Estado es más rico a más aumente su población.

2_ Bullonismo --> Creencia de que la riqueza de un Estado se mide por la cantidad de metales preciosos que pudiera tener. Objetivo básico. Determinado modo para lograrlo: tener minas (mediante explotación directa).

3_ Protección de comercio e industria --> Para los países que no poseen minas, poder así conseguir la mayor cantidad posible de metales.

4_ Doctrina de la balanza comercial favorable --> Exportar más e importar menos. Conseguir un superhábit entre exportaciones e importaciones. Vender más de lo que se compra. Todo esto iba acompañado de una visión estática de la riqueza. Visión de la época, de lo que Dios ha puesto en el mundo (en cantidades de oro y plata), lo que para ellos significaba que eran cantidades estáticas, invariables (la riqueza final es finita, cada uno se la distribuye como puede). En términos sociológicos, esto se conoce como Juegos de Suma 0. Por lo tanto, un Estado debe vender al extranjero más de lo que compra.

5_ Fortalecimiento del Estado/monarquía --> Objetivo último.

. HISTORIOGRAFÍA:

El pensamiento mercantilista era heterogéneo, con principios muy genéricos, pero que no coincide con ningún ejemplo coherente de teoría económica (no explicaban el funcionamiento, el cómo, etc.). Además se va a plantear desde un estudio empírico.

Pregunta que se hacen los estudiosos del tema: ¿El mercantilismo es una escuela económica o no? ¿Existe como tal? Opiniones de historiadores desde todos los puntos: hay autores que piensan que sí, que tiene coherencia interna, con postulados comunes en Europa; mientras que otros piensan que fue una invención a posteriori. Como escuela económica tiene una categoría más o menos definida (ejemplo: Nicolás de Oresme poseía un pensamiento mercantilista). En España se suele aceptar la primera interpretación, como si el mercantilismo fuese algo natural, que todo el mundo diese por hecho que existe o ha existido.

Los escritores de los siglos XVI-XVII no tenían conciencia de pertenecer a ningún tipo de escuela. El término "mercantilismo" surgió en el s. XVIII, por los fisiócratas del momento y más tarde fue reforzado por Adam Smith. Constituía un concepto negativo, en oposición única y exclusiva al liberalismo. Los fisiócratas y Adam Smith querían diferenciarse de los pensadores anteriores a ellos (Adam Smith lo criticaba en su obra La riqueza de las naciones). Este concepto tomó su mayoría de edad hacia 1870-75 en Alemania. En ese momento, se le dota de contenidos (entre los ambientes académicos del momento). Algunos autores: Roscher, quien en 1874 va a dotar al mercantilismo de un carácter positivo, ya que fortalecía el poder del Estado y servía como justificación de la política económica que se estaba llevando a cabo en la época. Los estudios económicos de los siglos XVI-XVII se van a ver fuertemente realzados. Los alemanes de entonces necesitaban construir el mercantilismo en un movimiento coherente, reconocido y positivo.

El siguiente paso viene de la mano de un sueco, Heckscher (autor de la obra clásica sobre el mercantilismo: Merkatilismen, publicada en 1931 en Estocolmo). Con él se va a dar la definitiva articulación del mercantilismo como escuela. Señalará que éste constituía sobre todo un sistema de poder y una política de unificación nacional, así como definió la coherencia política mercantilista, a la vez que sus objetivos; aunque destacó también la negatividad de sus medios empleados.

El mercantilismo. Parte I

. Características: fundamentalmente intervencionismo y proteccionismo. Intervención continua de los Estados.

Vendría a ser el conjunto de escritos económicos junto a la práctica política que se dio en Europa entre mediados del siglo XVI y finales del XVII. Existe una doble perspectiva con esta materia: el pensamiento económico y la práctica política (medidas del gobierno). La intervención del Estado (en aquella época = monarquía) en cualquier materia económica conllevaba un aumento del poder monárquico (del autoritarismo se pasó al absolutismo). El mercantilismo favorecerá esta inercia, fortalecimiento del poder del rey por esta intervención. Dicho intervencionismo se desarrolló por una legislación reguladora que pone en marcha la monarquía, con dos objetivos: acrecentar el nivel de ingresos (fiscales y no fiscales) que llega a manos del rey desde cualquier lugar de la sociedad para poder mantener el creciente gasto militar y suntuario (necesidad cada vez mayor que iban teniendo las monarquías para acrecentar sus riquezas, debido a las guerras, cada vez más costosas -nuevas tecnologías, por ejemplo-).

Esto ha llevado a una teoría muy influyente entre los historiadores de los años 60-70 (siglo XX): Teoría sobre la Revolución Militar. Sus máximos defensores fueron Downing y G. Parker, entre otros. Intentaba explicar la evolución de la guerra/militar, generalmente en toda Europa a lo largo de la Edad Moderna. Según estas teorías, las innovaciones en el campo militar (artillería y tecnología defensiva -murallas, por ejemplo-) eran más caros, lo que implicaba una creciente necesidad de dinero, lo que a su vez conllevaba más impuestos. El único poder que tenía capacidad de imponer más impuestos era la monarquía, lo que les llevaba a tener más control sobre la sociedad y, por lo tanto, una mayor centralización del poder. Resumiendo, exponía la guerra como principal causa explicativa de los cambios económicos de la Edad Moderna. Surgieron críticas contra este modelo: en algunos casos los países más potentes militarmente (Inglaterra, Países Bajos) eran monarquías parlamentarias, lo que no conllevaba tanta centralización. Esta teoría presupone que las monarquías absolutas tendieron a hacerse más independientes de otros poderes, cuando en verdad no estaba tan claro (Ejemplo: dependían del crédito; límite que de algún modo fue impulado asimismo por la guerra = elementos de dependencia, no sólo de centralización).

Con esta intervención también se pretendía que el rey interviniera en el poder económico para así aumentar la riqueza de las élites sociales (ricos que cada vez lo son más, que pudieran sostener a su monarquía). Los altos estamentos sociales se consideraban las bases del poder real y el mercantilismo defendía que haciéndolas más poderosas, se fortalecería por lo tanto a la monarquía.

Edad Moderna: Relación entre monarquía, élites y el propio carácter del absolutismo (las élites = poderosos). Poder absoluto del rey que tiende a llegar a todos los rincones de sus reinos y donde su voluntad es equivalente a mandato. Por poder absoluto hay que entender un poder preeminente en el que el rey se hace la referencia último en los asuntos de sus reinos. La característica fundamental de la Edad Moderna va a ser el pacto: el consenso entre los poderosos y el monarca (los primeros sostienen a la figura del segundo mientras éste garantice su poder en la sociedad). En esta idea de pacto el rey integra a los poderosos, los mantiene, pero en definitiva, como consenso o pacto, existen unas limitaciones para el poder real. La gran victoria de la monarquía en la Edad Moderna consiste en que el rey será árbitro de los grupos más poderosos de las oligarquías (para que uno de éstos pudiera prosperar, tenía que apoyarse en el monarca). De este modo, el rey era el garante de la estabilidad, pero no podía ir contra el sistema, ya que esto supondría prescindir de las élites. Conclusión: mientras más crecieran los poderosos, más lo hacía el rey, pero al mismo tiempo también crecían las limitaciones al poder de éste. El pensamiento económico de la época sostuvo todo este entramado, mediante la legislación.

El mercantilismo no va a estar al margen, cuyo objetivo era apoyar a la monarquía. A partir de aquí, escritos mercantilistas van a defender el proteccionismo (producción de territorios propios) y a la autarquía (economía autosuficiente -de un país, nación...-). Con el mercantilismo también se van a defender políticas proteccionistas que intentan limitar la importación de productos manufacturados y a su vez la exportación de materias primas. Motivo de esto: si un país trataba de no comprar al extranjero, evitaban que otros acaparasen divisas, lo que se tradujo en fuertes aranceles a otros países. Además, el mercantilismo defiende que un país tiene que ganar todo el oro y plata que pueda, con lo que se vuelve a los fuertes aranceles que se impusieron a las importaciones, antes mencionadas. Asimismo, se fomenta la industria nacional--> Dos formas de acumulación de estos materiales: teniendo minas y fomentando industria y comercio. Aparte de los aranceles, se trata de evitar en todo lo posible las exportaciones de materias primas y sí exportar productos manufacturados (ligado con las intenciones del Estado de beneficiar a las industrias manufactureras). En conexión con ello, intentan los postulados mercantilistas perpetuar los monopolios comerciales.



Luis XIV de Francia y uno de sus ministros, Colbert. Representantes del absolutismo y el mercantilismo, respectivamente, durante el siglo XVII

lunes, 17 de noviembre de 2008

La ley Gresham

Una de las consecuencias de la manipulación monetaria, que tanto utilizaron los reyes en la Edad Moderna, es que la moneda buena es sustituida por la moneda de peor calidad en las transaciones económicas. A este fenómeno monetario se le conoce como la ley Gresham.
Sir Thomas Gresham, que fue un importante financiero y mercader en su época, de hecho fue el fundador de la Real Bolsa de Comercio de Londres y consejero de Isabel I de Inglaterra. Gresham se dio cuenta de que, en todas las transacciones que llevaba a cabo, la gente prefería pagar con la moneda más débil del momento y quedarse con la más fuerte para dedicarla al ahorro, ya que, la moneda fuerte tenía más valor intrínseco que la débil al tener más cantidad de metal noble. Gresham observó el hecho pero no realizó una formulación teórica del mismo. No fue hasta fines del S.XIX cuando este principio económico empezó a denominarse de este modo.

La ley de Gresham dice que la moneda mala (bajo contenido de metal noble) sustituye a la buena (alto contenido de metal noble) porque los agentes económicos tienden a utilizar la moneda mala en los pagos internos mientras que a la buena la atesoran, la funden o la usan en pagos internacionales ya que los extranjeros no aceptan una moneda mala como medio de pago. Por lo tanto, la moneda que se va a usar en el país va a ser la mala ya que la buena saldrá de circulación porque nadie estará dispuesto a usarla en los pagos internos. El uso de la moneda mala dentro del país hace que la moneda nacional se deprecie y empeore el tipo de cambio, teniendo esto consecuencias funestas a largo plazo para la economía de un determinado territorio.

Esta ley señala que el dinero malo desplaza al dinero bueno y lo saca del mercado. Por ejemplo, en cierta época en Tanzania se usó el ganado como dinero. Pronto las personas se dieron cuenta de que en las transacciones sólo se usaban los animales más flacos y enfermos. La razón era muy sencilla: los valores de los bienes y servicios se expresaban en número de cabezas, sin distinguir entre ganado bueno y malo. Puesto que el ganado tiene un intrínseco por la carne, leche, cuero y por servicios de transporte que era más conveniente pagar con ganado malo y conservar el bueno. Esto mismo sucederá en la Edad Moderna con la moneda debido a que la moneda imperante en la época es una moneda mercancía, es decir, tenía un alto valor intrínseco. Por lo tanto una persona que tenía dos monedas de idéntico valor nominal hará transacciones con la que tenga menos metal noble, ya que, intrínsecamente es menos valiosa.

Sir Thomas Gresham

Nicolás de Oresme

Nicolás de Oresme (1323-1382) Fue un gran erudito que destacó en campos como la teología, medicina, filosofía y economía. El pensamiento económico de Nicolás de Oresme se centró en dos temas fundamentales, el comercio y el monetarismo.
El incremento del poder monárquico que se estaba iniciando en la época de Oresme va a condicionar su pensamiento económico, ya que, él como consejero del rey de Francia va a enfocar sus teorías económicas a intentar incrementar el poder de su señor.
Oreresme era partidario de que el príncipe fomentara el comercio en su reino, pues de esta manera aumentaría la riqueza de sus súbditos y de la propia monarquía que se beneficiaría del aumento de los ingresos por impuestos. Esta idea que podemos considerar plenamente mercantilista la desarrolló Nicolas de Oresme en el S.XIV, por lo tanto vemos que las doctrinas económicas practicadas en la Edad Moderna venían realizándose en algunas partes del continente desde siglos atrás.
Oresme también fue una de los precursores del monetarismo al desarrollar una línea de pensamiento que conectaba el comercio con la correcta administración financiera y por extensión con la moneda. Oresme definió el papel que debía tener el príncipe en la economía y en el cuidado de la buena moneda, es decir, el príncipe debía velar por que existiera una buena moneda, por lo tanto tenía que garantizar su peso, mantener su estabilidad y evitar el fraude.
La moneda del Antiguo Régimen era muy diferente a la actual, pues mientras que la moneda antigua se acuñaba en metales nobles como el oro o la plata, la moneda actual se acuña en metales corrientes o en papel. Por lo tanto la moneda actual sólo tiene valor nominal, es decir, el valor que le otorga el banco del país emisor, sin embargo la moneda del Antiguo Régimen tiene valor nominal, el valor que le ponía el rey, pero también tiene valor intrínseco porque esta acuñada en un metal valioso.
Oresme intentó establecer desde el punto de vista teórico las características que debía tener la moneda. Él en un primer momento era partidario de hacer coincidir el valor intrínseco y nominal de la moneda. Era consciente que los reyes para obtener dinero manipulaban la moneda, es decir, le daban un valor nominal superior al intrínseco y así obtenían beneficios a corto plazo, pero esto tenía consecuencias calamitosas para la economía de un país a largo plazo como ocurrió en Castilla en el S.XVII. Oreme comprendió que si se hacían coincidir los dos valores el rey perdía dinero porque el rey se encargaba de acuñar la moneda y esto conllevaba gastos. Por lo tanto él pensó que el valor nominal debía ser ligueramente superior al valor intrínseco, llamando a esa pequeña diferencia premio de acuñación, de tal manera que en términos técnicos el valor nominal era igual al valor intrínseco más el premio de acuñación.
En el pensamiento de Oresme el príncipe debía velar por la buena moneda porque al hacer esto la economía del país mejoraría y el rey podría beneficiarse del aumento de la riqueza.
Para Oresme las operaciones monetarias no debían hacerse para obtener lucro, por lo tanto, el cambio, tráfico o custodia del dinero no debía cobrarse porque se estaría incurriendo en el pecado de la usura. Así mismo la alteración o falsificación de la moneda era algo execrable e inmoral y debía perseguirse como un delito de lesa majestad, ya que, al manipular una moneda estabas atentando contra el propio rey representado en la moneda.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Santo Tomas de Aquino y el justo precio


Santo Tomas de Aquino (1225-1274) fue un filósofo y teólogo italiano cuyas obras le han convertido en la figura mas importante de la filosofía escolástica y uno de los teólogos mas sobresalientes del catolicismo. Aquino también se intereso por la economía en su época, donde también resulto una figura importante del momento, ya que muchas ideas económicas de la baja edad media y la alta edad moderna no se entienden si no es desde el punto de vista del catolicismo.


Santo Tomas dedico una parte de sus estudios a la economía y a los fenómenos económicos desde la observación directa, de este modo comenzó a reflexionar sobre las transformaciones económicas que se producían a lo largo del SXIII.


El pensamiento económico de Aquino es inseparable de su comprensión de la ley natural. Entendió la ley natural como una ética derivada de las características fundamentales del ser humano. Esas características pueden ser entendidas como la voluntad de Dios para la creación. Así, un acto ilegítimo sería aquel que pervirtiera los designios de Dios respecto a una parte de su creación. De acuerdo con Aquino, las transacciones económicas deben de ser consideradas dentro de este marco, puesto que son un intento humano de adquirir materias que provee la naturaleza para lograr ciertos fines.


La propiedad privada es una institución económica deseable porque complementa el deseo interno del hombre por el orden. "Por lo tanto la propiedad no es contraria a la ley natural" , escribe Aquino en la Summa Theologica, " sino un añadido creado por la razón humana". Sin embargo el Estado tiene autoridad para asegurar el marco legal que permite la vida comercial, haciendo cumplir la ley, prohibiendo el robo, la violencia y el fraude. De este modo, el derecho civil es el producto de una reflexión sobre la ley natural. Además, Aquino creía que la propiedad privada es la mejor garantía para una sociedad pacífica y ordenada, debido a que provee los máximos incentivos para un uso responsable de la propiedad. Aquino ayudo a suavizar la tradicionalmente negativa imagen del comercio que caracterizaba, por ejemplo, al pensamiento Patricio.


Para Aquino, el comercio en si mismo no es malo sino que, más bien, su valor moral depende de los motivos y la conducta del comerciante. Además, el riesgo asociado con traer bienes de donde son abundantes a donde son escasos justifica el beneficio mercantil. Sin embargo el comerciante debe dirigir sus beneficios hacia fines virtuosos.


En esta época juristas y escolásticos (Santo Tomas) fundamentaban sus teorías a partir de diferentes bases como el derecho romano en el caso de los primeros y la ley divina y la Ética a Nicómaco de Aristoteles en el caso de los segundos. La Ética a Nicómaco de Aristoteles sentaba un modelo de justicia en los intercambios que es fundamental para la idea de justo precio.


¿Qué es el justo precio? Dentro de la moral cristiana va a existir una gran reflexión sobre los precios de las cosas, ya que unos precios altos podrían llevar a unos niveles de enriquecimiento sospechosos. Un claro ejemplo de este enriquecimiento eran los monopolios que según ellos suponían la creación de carestías artificiales para obtener beneficios. Además violaba la justicia en la forma del justo precio porque imponían un precio injusto en el mercado y perjudicaba el conjunto de la sociedad (esto es algo que Aristoteles ya había criticado). También el derecho romano trato de forma intensa el tema del monopolio.Con la critica del monopolio se ataca directamente a los gremios y según ellos a la limitación que hacían del comercio o a que no se preocupasen especialmente por el precio "natural" del trabajo, sin embargo los gremios influían también positivamente en otros aspectos como por ejemplo la protección (en diversos ámbitos) de los que pertenecían al mismo.


¿Cual es el precio justo? Santo Tomas nunca supo establecer un método para asignar el precio justo de las cosas. Sin embargo si que observo que para fijarlo era necesario sopesar algunos elementos como por ejemplo los salarios. El principal problema de Santo Tomas fue que nunca tomo en cuenta las situaciones del mercado (era algo que no se planteaba). Otros autores como Bernardino de Siena o Antonino de Florencia abogaban porque el Estado fuese un organismo básico a la hora de fijar el precio justo (precio legal o fijo).


Así pues las ideas de los escolásticos y de Santo Tomas sobre cual es el precio justo, basándose en ideas aristotélicas y en la ley divina, resultan fundamentales a la hora de entender muchas ideas económicas de la época, pero quizás algo insuficientes para aplicarlas a la sociedad del momento. Ya que en muchos casos pasan por alto temas como el precio "natural" y "legal" de los bienes y servicios o la "negociación libre" muy ligada a los gremios (temas que a la larga resultaron importantes en el estudio del pensamiento económico medieval). Y que resultan fundamentales en las economías de las sociedades de esos momentos junto con la participación del Estad


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
WOOD, DIANA: EL PENSAMIENTO ECONÓMICO MEDIEVAL. ED: CRÍTICA


miércoles, 29 de octubre de 2008

El pensamiento económico bajomedieval

Las teorías económicas desarrolladas durante el siglo XVI, e incluso en el XVII, son absolutamente incomprensibles sin entender que estaban condicionadas por el pensamiento cristiano de la Baja Edad Media. En este sentido, es importante comprender que el Cristianismo se levanta sobre dos bases fundamentales: el derecho romano y la tradición judía.

- El derecho romano continuó siendo un instrumento vigente en toda la Edad Media, y muy especialmente al final, y resultó vital para el proceso de fortalecimiento del poder regio en la Edad Moderna. Uno de los pilares sobre los que se sustenta es el de la propiedad privada, que en la Edad Moderna convivirá con la propiedad comunal. El mundo clásico estará muy presente en los siglos XVI y XVII, siguiendo a autores como Aristóteles, quien ya en su tiempo definió la economía, pero como el gobierno de la casa, lo cual tiene bastante sentido atendiendo a la etimología de la palabra economía, del griego οίκος (casa) y νομος (ley, orden...). Este concepto más "familiar" de la economía todavía tenía vigencia durante los siglos XV, XVI y XVII, y por él, el rey era considerado como un pater familias que debía gobernar el reino como su casa propia, según los preceptos clásicos, como ejercer la justicia. La justicia se entiende desde dos puntos de vista, el jurídico, por el cual los reyes son jueces en última instancia, y el distributivo, por el que se podía ejercer la gracia, que señala el derecho a premiar a cada uno con lo que se merece, como condecoraciones o conesiones de regalías, pretexto para poner en venta ciertos títulos nobiliarios.

El concepto de la gracia divina es muy importante en toda la tradición medieval y aún se refleja en la Edad Moderna. Para entender su influencia, hay que remontarse al siglo V de nuestra era, cuando uno de los padres de la Iglesia occidental, Agustín de Hipona, afirma que la salvación del hombre viene predeterminada si éste ha sido dotado antes, o no, de la gratia divina, de manera externa e involuntaria, ya que el ser humano, en sí mismo, está condenado y abocado a la perdición tras la comisión del pecado original. De esta manera, sólo podrían salvarse unos pocos iluminados por Dios. Ésta es la tradición que predomina en la Edad Media hasta que, en el siglo XVI, aparece otro de los grandes autores que arroja luz sobre este concepto. No es otro que el propio Lutero, quien va más allá, suprimiendo (dentro de su teología) la libertad del hombre. En otras palabras, el ser humano no puede cometer acciones que le lleven a la salvación por sí mismo, sino que sólamente si ha sido dotado de la gracia divina podrá hacerlo. Si aplicamos, pues, la teoría gracia a las monarquías del bajomedievo o de los comienzos de la modernidad, el rey se ve facultado a otorgar y distribuir bienes y patrimonios.

-Junto a la tradición clásica, nos encontramos como otro de los pilares del Cristianismo a la tradición judía (si bien en este aspecto ha habido cierta depuración doctrinal). Nace así una corriente que podríamos definir como judeocristiana, que daba ejemplo de carácter social y económico con una visión siempre de desarollo, pero concebida desde otro punto de vista; por ejemplo, el Cristianismo siempre ha visto la riqueza como algo sospechoso, dentro de su visión ideal del pobre como reflejo de Jesucristo en vida, y más aún las actividades financieras (la usura era pecado y muy mal vista). En este sentido, cabe mencionar la contradicción en la que cae la propia Iglesia al incitar a la pobreza cuando en su seno existe una alta jerarquía eclesiástica acomodada que vive de las rentas, donde el absentismo de sus altos cargos resulta la norma y no la excepción.

Es en el siglo XVI cuando se produce un amplio debate acerca del carácter del pobre, una figura hasta ahora bien valorada, pero que está sostenido por la sociedad sin hacer nada. En un momento económico como es el de comienzos de la modernidad, cuando el mercantilismo domina en las monarquías occidentales y comienzan a aparecer tendencias pre-capitalistas, el ideal de pobreza queda sometido a crítica y debate. Frente al pobre de solemnidad, aquél que lo era realmente y no poseía instrumentos y la capacidad para valerse por sí mismo, se empiezan a diferenciar los falsos pobres a los que la sociedad ya no debería mantener. Un pensador del siglo XVI, Miguel de Giginta, escribre una obra, Tratado de remedio de pobres, por el cual hacía un llamamiento social para la defensa del pobre. Crea una institución, la Casa de la Misericordia, donde los pobres serían reintegrados en la sociedad por medio de mecanismos que les permitieran valerse de nuevo por sí mismos. Pretende aliviar el problema y para ello pide que los pobres no sean mantenidos por limosnas, sino por sí mismos. Este tratado es, en el contexto del humanismo, bastante moderno para su época. Por su parte, el humanista Cristóbal Pérez de Herrera escribe, también en el siglo XVI, El amparo de los legítimos pobres. En este tratado se muestra más reformista, el pobre no es culpable, según sus escritos, de su situación, sino que las estructuras económicas y la falta de organismos de protección les han llevado a la mendicidad. Pretende que el poder político se implique en el amparo de los pobres y organice mecanismos de integración de forma organizada para solucionar su situación. Todas estas teorías chocan con el ideal de pobreza propio de la Edad Media, a partir de la cual habían surgido importantes órdenes religiosas (la orden franciscana o la orden dominica, en el siglo XIII, por ejemplo). Ahora se entiende a la pobreza como algo que hay que remediar, y sólo en casos de verdadera falta de recursos será mantenida.

A finales del siglo XV, el pensamiento teológico tiene que dar nuevas razones para legitimar lo que está ocurriendo en la sociedad. Es el momento en el que el lucro cesante comienza a atisbarse. Ante la condena de la Iglesia hacia las actividades prestamistas, sobretodo las que cobraban alto interés, surge una nueva forma de legitimar estas actividades financieras mediante este concepto teórico. Se permiten los intereses siempre y cuando el beneficio obtenido por el préstamo se corresponda a lo que el prestamista ha dejado de ganar si hubiera invertido ese mismo dinero en otra actividad económica. Así pues, se entiende que no hay un ánimo de lucro excesivo en el cobro de intereses. Esto se enmcarca en un momento en el que hay que legitimar la riqueza de alguna forma para favorecer la práctica del capitalismo que comienza a surgir. De nuevo aparece la teoría de la gracia divina y la predestinación legitimando las actividades financieras. Según su doctrina, el calvinismo permitía la usura en tanto que si una persona ha nacido predestinada a amasar riqueza, es natural que ese sea el curso que siga a lo largo de su vida. Dentro del pensamiento férreamente religioso que vivía la Europa occidental de los siglos modernos (ya sea dentro del Catolicismo o del Protestantismo), la legitimación moral era algo tremendamente importante para realizar cualquier actividad y, en este caso, el calvinismo supuso un punto de arranque para que emergieran prósperas actividades financieras que, a su vez, dinamizaron toda la economía (más en regiones donde dominaba el liberalismo económico, como en Paises Bajos). Según Weber, el despegue económico de esta zona geográfica se entiende gracias a la puesta en práctica de la doctrina calvinista de la gracia divina.


Edición actual de Tratado de remedio de pobres

Bibliografía adicional:

-Copleston, F.: Historia de la Filosofía. Volumen 2: De San Agustín a Escoto.



Del "Homo Oeconomicus" a la interdisciplinaridad en la Historia Económica


Durante los años 70 y 80 del siglo XX, la Historia Económica entra en declive y recibe numerosas críticas. Se le achaca que entendiera al hombre como un homo oeconomicus, es decir, que encaminaría todas las acciones a lo largo de su vida en obtener el mayor beneficio económico posible. Se trata de una construcción teórica de la economía política que en estas dos décadas comienza a ser atacada en su planteamiento, que no contempla realidades menos cualificables del ser humano, como la cultura o la influencia de la sociedad. Por poner un ejemplo sencillo, si el hombre fuera un verdadero homo oeconomicus, como planteaban estos primeros historiadores económicos, un regalo a un ser querido no tendría sentido alguno, el beneficio a nivel económico es nulo. Podría definirse, pues, como una Historia de los números. Es en este momento cuando la figura del hombre vuelve a cobrar importancia en las nuevas investigaciones históricas, y el papel de la Historia Ecónomica pasa a segundo plano.

Hoy en día, la Historia Económica ha vuelto a emerger, así como otras historias (política, cultural...), pero dentro de un contexto de mercantilización de la cultura en el que, no sólo en el campo que nos afecta, sino en todo el ámbito científico, la producción es abundante pero cuesta encontrar obras de calidad. Pero no hay que olvidar que quizá la Historia haya sufrido este fenómeno en mayor medida, en el sentido de que se ha convertido en una disciplina muy reclamada por un lector que, en ocasiones, no es nada exigente. De esta manera, podemos decir que hemos llegado a una Historia al gusto del consumidor, que inunda el mercado. Respecto a la Historia Económica, hoy día se aborda como una materia multidisciplinar, que no abandona conceptos propios de la Historia Cultural, Social, Política... Es la aplicación de la antropología, en su más amplio sentido, a los preceptos económicos. El hombre pasa a un primer plano en detrimento de aquellas tablas y cuadros de cifras que imperaban en la historiografía anterior a los años 70. La interdisciplinaridad queda aplicada como norma general. De esta manera, si la historia de la fiscalidad se entendía antes como el estudio de los impuestos, las cuentas... de manera aislada, actualmente también se tendrán en cuenta las implicaciones sociales, las causas políticas, etc...

La historia socio-económica asumirá también gran importancia, sobretodo gracias a la contribución de sociólogos como Wallerstein, que inauguran una nueva tendencia historiógrafica en EE.UU., muy estructurada. A esta corriente pertenecen autores como Douglas North (quien, precisamente, recibió el premio Nobel por su aportación al desarrollo de la Historia Económica), Charles Tilly o Gunder Frank (alemán, pero estudiante de la universidad de Chicago y, por tanto, perteneciente a esta tradición). A estos autores se les ha criticado, no obstante, que sus fuentes no sean del todo imparciales.


El archipopular Tío Gilito sería un buen ejemplo de lo que habría que entender por un Homo Oeconomicus

miércoles, 22 de octubre de 2008

Sobre el debate de Dobb y Sweezy...

Entre la Europa de 1.500 y la Europa de finales del siglo XVIII (con la revolución ya en marcha) median tres siglos con elementos comunes que son palanca para la transformación de la vieja economía feudal.

El espacio europeo logra cierto grado de integración, sobre todo por arriba (la Europa atlántica: Holanda e Inglaterra).

La Europa del s. XVI era inminentemente agraria, caracterizada por:

- La dispersión
- La falta de comunicación
- La diversidad de sus estructuras económicas, sociales y políticas.

Estos tres siglos son cruciales para el viejo continente, ya que a través del desarrollo económico focalizado y la expansión comercial desde la fachada atlántica caminamos en la dirección de una cierta interrelación territorial, tras la consolidación de los Estados modernos.

Hablar de “economía mundo” del XVI al XVIII parece exagerado, pero no hay duda de que en el s. XIX ya están puestos los cimientos para la internacionalización de la economía a través del comercio, el dinero y las finanzas.
Pero no todo evoluciona a la vez:

- Inglaterra y Holanda: Inician en el s. XVI el camino que habría de conducir a la transformación del régimen de producción feudal en un sistema económico de mercado basado en el trabajo asalariado.

- El área meridional (Francia): Permanecería estancada.

- El este del río Elba: Se orientan hacia la segunda servidumbre o refeudalización, reforzando la gran propiedad y las prestaciones personales (corveas).

Ante esto Maurice Dobb plantea dos problemas a los que hay que dar respuesta para comprender el cambio del sistema feudal al sistema capitalista. 1) ¿Cuáles fueron las cusas-fuerzas que condujeron a la desintegración del sistema feudal de explotación? (pasando por el proceso, por el cual nació de esa desintegración del feudalismo el modo de producción capitalista). 2) Delimitar la relaciones espacio-temporales.

Con esto se abre un debate que agrupo a historiadores y economistas en dos posturas:

a) Henry Pirenne y más tarde Paul Sweezy, Wallerstein o Grunder Frank, que señalan al comercio como el principal disolvente de la sociedad feudal, que opera como una fuerza exógena y sustituye lo que Schmoller (economista alemán del siglo XIX-principios XX) llamará “economía natural” por “economía monetaria”, impulsando la división del trabajo y la acumulación capitalista.

b) Piensa que la disolución del régimen feudal debe buscarse en el carácter inestable y limitado de su propia naturaleza social y económica, y en sus contradicciones internas (poniendo énfasis en la estructura social, la forma de organizar la producción, la extracción del excedente económico y la acumulación). Autores: Dobb, Brenner, Takahashi, Bois.

Desarrollo y nacimiento de la Historia Económica

Durante los siglos XVIII-XIX se afianza un término: economía política (se realizaron muchos tratados sobre esto). La característica básica de la economía política es la fusión de ambos campos, con la política explicada desde el punto de vista de la economía. Es vista como el antecedente directo de la ciencia económica. Autores básicos: Adam Smith, David Ricardo, Karl Marx.


Desde mediados del s. XIX se va a desarrollar una escuala básica: Escuela Alemana. Ésta va a tener también una gran importancia en el nacimiento de la Historia como ciencia, no sólo en la Historia Económica. V. Ranke (s. XIX): se va a concebir un estudio del pasado, la Historia como un conocimiento absolutamente objetivo al cual se llega mediante un método. Ese conocimiento objetivo vendría ser la descripción de documentos. Es una historia fundamentalmente política, protagonizada por grandes batallas y hombres. Desde la economía se seguía avanzando y la Escuela Alemana va a poner un gran interés en el estudio de la Edad Moderna desde el punto de vista económico, poniendo énfasis en el mercantilismo (intervencionismo). De este modo, a mediados del XIX se desarrollaron bastantes estudios sobre este apartado. Todo esto sucedió en medio de la creación del Estado Alemán, con lo que buscaban en el pasado aspectos que reforzaran las teorías de entonces.


Además, en el siglo XIX se desarrolló también la idea de progreso, que junto con las ciencias y el nacimiento de éstas beben de una misma idea: conocer la realidad desde la experiencia, el análisis, la observación, lo que permitiría avanzar. La idea de progreso quiebra con las Guerras Mundiales. En el primer tercio del XX nace una escuela que va a reivindicar la Historia Económica (hecha hasta entonces y mayormente por economistas): los Annales (Francia, 1929), compuesta por tres generaciones. De una historia predominantemente política se pasa a una que es política y social, de un estilo narrativo a otro más explicativo (la economía y la sociedad son más importantes en el surgimiento de las civilizaciones que la política). La Primera Generación estaba liderada por L. Febure y M. Bloch (también fundan la revista Annales). Desde el punto de vista de los historiadores en este momento va a nacer la Historia Económica como una disciplina de gran peso. Ésta experimentó su mayor desarrollo en los años 50-60 del s. XX, fundamentalmente a partir de estas tres escuelas:


- Segunda Generación de Annales (Braudel)

- Marxismo británico (Dobb y Sweezy en los años 50-60, R. Brenner en los 70)

- Cliometría en E.E.U.U


- Braudel: La historia se dividía en Tiempo Largo, Medio y Corto. Juntas, formaban la Historia Total. Plantea una estructura y sistematización para intentar entender el pasado desde un punto de vista interdisciplinar. Para él, el Tiempo Largo era el más importante, puesto que permitia conocer las raíces más antiguas de los hombres (especialmente la geografía, muy importante para este autor, al tener un carácter de permanencia en el tiempo). Dentro del Tiempo Medio, él ubicaba la historia económica y la historia social, que no eran atemporales como la geografía. Siendo estructuras muy estables y perdurables, todas ellas viven una evolución. En el Tiempo Corto, se encuentra la historia política, que vendría a ser la historia de los acontecimientos (historias puntuales, no fundamentos últimos de la historia de la humanidad).


- Marxismo británico: Transición de unos modos de producción a otros (esclavista-> feudal-> capitalismo), con relaciones de producción desiguales. Debate de transición del feudalismo al capitalismo (relacionándolo con la crisis del s. XVII). En 1945 empieza un debate entre Dobb y Sweezy sobre cómo se llegó al capitalismo. Para Dobb, el germen del capitalismo estaba fuera del sistema feudal. Para Sweezy, el capitalismo tenía sus raíces profundas en el sistema feudal. Autores también de esta escuela fueron, por ejemplo: Perry Anderson, Edward Thompson. Es una línea de estudio que ha llegado hasta la actualidad, de la mano de R. Brenner. Éste dio pie a un debate en los años 70, señalando que no eran condiciones fundamentalmente económicas o de mercado las que se encontraban tras el surgimiento del capitalismo, sino que éste se dio por el cambio de las relaciones sociales.


- Cliometría (E.E.U.U): Uso radical de la codificación y matematización para cualquier categoría histórica. Parte de la idea (muy criticada por partir y desarrollarse de una base de supuestos, entre otras cosas) de que el estudio de la historia se puede reducir a una serie de fórmulas y números que nos llevaría a una realidad histórica, basándose en el determinismo. Este trabajo comenzó con los trabajos de Conrad Meyer (trabajo sobre la economía de la esclavitud en los E.E.U.U). Pocos años después, R. Fogel realizó otro estudio sobre la economía de los ferrocarriles americanos en el s. XIX, donde llegó a una conclusión bastante compleja (mediante el uso de fórmulas). Fogel concluyó que los ferrocarriles apenas habían tenido protagonismo en la economía de los E.E.U.U, en contra de lo que pensaba la mayoría. Por otra parte, en su estudio introdujo datos que no se habían dado en la realidad (los supuestos), para comparar lo que pudo haber pasado con lo que ocurrió realmente (la historia contrafactual: metodología donde se incluyen datos que no han ocurrido en realidad para obtener un modelo comparativo a lo que sí ocurrió).

Introducción a la Historia Económica

Cuando comienza la Edad Moderna, empieza a formarse una economía compleja. De un feudalismo medieval se pasa a los primeros sistemas capitalistas. Será durante este período cuando empiece a existir una reflexión sobre términos que ya existían, como "inflacción", "mercado", etc. Sin embargo, aún no se entendía la economía como una ciencia (ejemplo: el pensamiento económico bajomedieval solía estar muy ligado al religioso).

Durante la Edad Moderna se va a consolidar el capitalismo como sistema económico (sin ser igual al que hay en la actualidad). El capitalismo en la E. Moderna es un capitalismo mercantil (P. Kriedte), con lo que la búsqueda de beneficios se encontraba fundamentalmente en los grupos de mercaderes. Junto a este capitalismo, se dieron las primeras muestras de globalización (First Global Age), es decir, una ampliación de horizontes geográficos vino acompañada de una ampliación de mercado (los productos de América o de las Indias son un ejemplo de ello). Se entiende como una globalización "en pieza". A pesar de esto, muchas comunidades vivián a base de autoabastecimiento (ejemplo: en los siglos XVI-XVII se seguía condenando el beneficio como delito de "usura", pero al mismo tiempo éste se buscaba).

Las instituciones y el poder político en general tuvieron una gran importancia en el desarrollo de la economía, lo que lo une a la corriente neoinstitucionalista actual (Douglas North): la mejora institucional es un requisito imprescindible para el desarrollo económico, es un paso para el libre mercado si las mejoras políticas así lo permiten. En este sentido, durante el s. XIX se va a desarrollar en Inglaterra toda una tradición historiográfica (la actual -liberal- de los whig) que venía a sostener que las condiciones de mejora de las bases de financiación en Inglaterra provenía fundamentalmente del paralamentarismo (lo que lo convertía en un posicionamiento económico neoliberal -nota personal de A.: además de que se usaba para beneficiar al partido/posicionamiento político de turno, en este caso al Parlamento frente a la monarquía ingleses-). De este modo, poder político y poder económico van de la mano (I. Wallerstain) -->> La economía moderna sólo podía aparecer con el poder del monarca, lo que llevaría al centralismo del poder y de ahí al capitalismo. Según este autor, la economía desde el s. XV se va a dividir en tres espacios: un centro (espacio más dinámico, que ejerce más poder sobre el resto de las zonas. Serían Inglaterra y Países Bajos), un segundo círculo semidependiente (del centro, fundamentalmente. España e Italia) y un tercer círculo con espacios dependientes (las colonias). Para lograr ser el centro, había que tener sistemas representativos (como la monarquía). Fue una teoría muy criticada (ejemplo: se basa fundamentalmente en el espacio europeo, sin tener en cuenta la economía de Asia -también muy importante en zonas como la India, sobre todo en el comercio-. Además, habla de un crecimiento polinuclear, es decir, en varios puntos a nivel regional se daban pautas de crecimiento que no tenían por qué coincidir - Yun Casalilla en Marte contra Minerva. El precio del imperio español-).

La Historia Económica es una disciplina ampliamente introducida en las ciencias sociales, con una tradición muy importante que arranca del s. XIX. Es propia de historiadores y de economistas (diferentes historias). Sin embargo, la Historia Económica no puede ser confundida con una historia de números. Es, por lo tanto, una disciplina enfocada desde dos vertientes.

Características de la Historia Económica (Schumpeter):

1- Carácter relativo (debate sobre el "relativismo")-->> No se aceptan en economía normas de carácter universal.
2- La economía es una ciencia heterónoma, depende de otras, por la unidad misma de la vida social y la correlación de unos elementos políticos y sociales.
3- Las acciones del ser humano obedecen a muchos motivos (algunos muy complejos) y considerarlos sólo desde una perspectiva económica proporciona una visión muy reducida.
4- Se deben combinar los pasos individuales con las conclusiones colectivas-->> Metodológicamente, se deben tener conocimientos de estadística, demográficos y de otras disciplinas cercanas a la Historia. Pero no se pueden ampliar estos conocimientos de un modo activo (números sin explicaciones, por ejemplo).

Historia Económica con utilización crítica y sabiendo cómo se utiliza cada paso. Ser críticos con las fuentes, poseer conocimientos notables de matemáticas y una parte científica (ejemplo: la estadística es muy útil, pero no servía como tal en el Antiguo Régimen, lo que la invalida individualmente en este aspecto).


Schumpeter