miércoles, 10 de diciembre de 2008

El liberalismo económico

La obra de Adam Smith es comparable a la de Goethe en el sentido de que ambas figuras iniciaron el camino a la contemporaneidad pero siguen siendo hombres del Antiguo Régimen. La riqueza de las naciones, la obra más importante de Smith, se publicó en 1776 por lo tanto es anterior a las grandes manifestaciones de la Revolución Industrial, por eso como dice Michel Baud en su historia del capitalismo el mundo que vivió Adam Smith es el mundo anterior a la incorporación a la máquina de vapor. Smith no vivió la Revolución en toda su extensión, Por ejemplo no asistió al movimiento del campo a la ciudad, los conflictos obreros, o el perfil que adquirió el empresario, podemos decir que la obra de Smith está escrita desde posiciones del Antiguo Régimen.
Adam Smith (1723-1790) nació en Escocia y se educó en un ambiente familiarizado con la economía, pues su padre era agente de aduanas. Estudió en Glasgow y Oxford, y llegó a ser profesor de filosofía y lógica en Glasgow, de hecho su primera obra es de filosofía. Más tarde Smith fue contratado como tutor del hijo de un noble inglés y le acompañó por sus viajes por Europa. Gracias a estos viajes Smith conoció a Quesnay, Turgot y D´Lambert, y pudo ver de primera mano la situación económica del continente.
A partir de 1766 empezó a escribir la Riqueza de las Naciones, que tuvo un éxito inmediato y una gran aceptación, de hecho, el primer ministro de Inglaterra elogió la obra. El éxito de la misma radica en que fue capaz de divulgar muchas ideas, la mayoría ya existentes, por eso hay autores como Schumpeter que han desmitificado a Smith en su papel como visionario y defienden que más bien fue un compilador y un divulgador.
La Riqueza de las naciones es una obra larga y difícil de leer debido al desorden de ideas expuestas, pero cuenta con varias ventajas. La primera es que está muy bien redactada, pues está escrita con una prosa ágil. Además está plagada de de datos que Smith recogió en sus viajes y expuso en su obra. También presenta toques de humor e ironía.
La obra presenta tres conceptos fundamentales: 1º la naturaleza del sistema económico, donde Smith analiza las fuerzas del desarrollo de la economía, 2º los precios y los salarios, que llevaran al desarrollo de una teoría del valor, y 3º el papel del estado en la economía, reflexionando como debía actuar para aumentar la producción. Estas ideas están muy vinculadas al S.XVIII, por eso lo que Smith trataba de encontrar eran las bases del desarrollo económico y la búsqueda de la felicidad.
Analizando la naturaleza del sistema económico Smith desarrolló el concepto de individualismo, es decir, puso de manifiesto el papel del interés individual como motor de la economía. El interés individual estaría en la base misma del crecimiento económico y por extensión del progreso y de la felicidad. La economía tenía como motor al propio individuo y su ambición por enriquecerse. Así mismo afirmó el interés económico privado es la mejor fuente de riqueza en un sistema de libre competencia. Smith también habló de la mano invisible, que sería una fuerza que guiaría a los individuos en sus actividades económicas. Los economistas consideran que la mano invisible serían las estructuras de mercado. Este concepto ya aparece en la anterior obra de Smith, refiriéndose a ella como una fuerza espiritual que de forma inconsciente haría que unas personas se volvieran ambiciosas y buscaran enriquecerse, repercutiendo esto en el bien común. Smith se acercó al estudio de la economía desde posturas filosóficas y su teoría de la mano invisible rehabilitó la figura del comerciante, ya que, según ella lo que hacía el comerciante beneficiaba a la sociedad.
El estudio de precios y salarios dará lugar a una teoría sobre el valor. Hasta Smith el salario no tenía mucha importancia en el pensamiento económico, pero él vio la importancia que tenían los salarios en la economía de su tiempo, pues la gente trabajaba por un salario y dependiendo de la cuantía podría comprar más o menos productos. Smith dijo que el precio de un producto no era aleatorio sino que era la conjunción de capital invertido, salario y beneficio. El trabajo es esencial en el pensamiento de Smith, pues para él cualquier mercancía podía valorarse en función de la cantidad de trabajo que tuviera que hacerse para su elaboración. El trabajo por tanto serviría para medir la riqueza de un país, por eso para Adam Smith la potencia económica no se medía en cantidad de metales preciosos, sino que el parámetro para medirla sería la eficiencia en el trabajo de la nación, es decir, la masa trabajadora de un país. Por ejemplo Smith dijo que la Monarquía Hispánica era la que más plata tenía, pero como no fue capaz de generar trabajo no fue rica nunca. Además dado que el precio es en teoría lo que marca el valor de las cosas Smith esbozó una teoría del valor, en la que defendía que existían dos tipos de valor en un producto, el valor de uso y el valor de cambio. El valor de uso sería el valor que tiene una cosa para aliviar una necesidad y el valor de cambio es el valor de mercado. Un ejemplo claro es el del agua, que tiene mucho valor de uso pues es necesario para la vida, pero cuesta muy poco por lo que tiene poco valor de cambio. Smith defendió la remuneración del capital, es decir, defendía que un préstamo debía conllevar un interés. También Adam Smith va aponer mucho énfasis en la importancia de la agricultura lo que demuestra que Smith era un hombre de su tiempo y que estuvo influenciado por la fisiocracia.
El papel del estado en la economía debía limitarse a la creación de un sistema económico de libertad de comercio interior y exterior, por lo tanto no debía intervenir directamente en la economía. Sin embargo en el pensamiento de Smith el estado sí tenía una función activa pues debía educar a sus ciudadanos.
La ideología de Adam Smith es parte esencial del sistema económico actual, pues sus ideas fueron tomadas por otros autores del liberalismo económico. Sin embargo sus teorías presentan problemas, Smith partía del supuesto de que los mercados son perfectos, pero en la actualidad sabemos que eso no es cierto y que los mercados son asimétricos. Smith creía que en economía todos podían luchar en igualdad de condiciones para luchar por el beneficio, pero hoy sabemos que eso no es cierto.

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