jueves, 18 de diciembre de 2008

Agricultura en la España Moderna (Antonio Eiras Roel)

Producción y precios agrícolas en la Galicia atlántica en los siglos XVII-XVIII. Un intento de aproximación a la coyuntura agraria:

a) La producción:

Producción como variable "independiente" porque se entiende que en los siglos XVII.XVIII ésta es la que influye sobre la evolución de la población y de los precios, más que a la inversa. Por lo tanto, posición de los autores contraria a la de muchos otros estudiosos contemporáneos, que sostienen la primacía de la población y de los precios sobre la producción agraria (J. Vicéns Vives, B. H. Slicher van Bath, E. Boserup, etc.) y más próxima a la de los autores que creen para la época preindustrial en la influencia determinante de la marcha de la producción agrícola o agropecuaria sobre el crecimiento de la población (P. Goubert, E. Le Roy Ladurie) y sobre la formación de los precios (M. Morineau).

Las series de arrendamiento diezmales que usan para el estudio las contemplan únicamente desde el punto de vista del movimiento de larga duración de aquélla, renunciando a las posibilidades desiguales que ofrecen para apreciar las fluctuaciones cíclicas. De este modo, para observar el movimiento de larga duración combinan las ventanas de la observación por ciclos y de la observación por décadas. Las cuatro primeras décadas del XVII son de ligera contracción, en las que se adivina la continuidad de la crisis finisecular del XVI, iniciada, según todos los indicios, ya a la altura de los años 1580. Desde el interior de la década 1640-50, el hecho mayor dominante es la temprana y pujante elevación de la producción durante toda la larga fase de expansión agraria (1644-1727), epilogada por un leve crecimiento "estagnante" hasta 1753, que en la Galicia occidental se liga a la expansión del maíz y a las transformaciones agrarias que comporta. El segundo hecho mayor a retener es el igualmente temprano agotamiento y decadencia de la producción, desde 1754 hasta el fin de las guerras napoleónicas.

b) La población:

Los autores se lamentan de la falta de documentación 100% fiable para su estudio (los registros parroquiales del XVII presentan lagunas y los recuentos territoriales no surgen hasta el XVIII). De este modo, se centran básicamente en un par de comarcas de la Galicia atlántica, entre las que han sido estudiadas por el momento, la orla litoral de la Lanzada y el valle fluvial de la Ulla.

La recesión demográfica de la primera mitad del XVII recibe por el momento una mera formulación hipotética, basada en el movimiento de la producción y en el comportamiento de los precios y demás variables conocidas. Contadas series parroquilaes hasta ahora disponibles anticipan el comienzo de una recuperación demográfica; aunque deben ser vistas con cautela. Admiten algunas excepciones locales en cuanto a la fecha más o menos temprana del final de recesión demográfica (en algunas localidades conocidas parece darse antes de 1644), cuestión relacionada con la precoz implantación del maíz en algunas comarcas privilegiadas de la Galicia atlántica. Desde 1644, la idea dominante es la precoz e intensa recuperación demográfica, general y sostenida (con algunas leves caídas momentáneas), que se extiende durante una centuria. Desde mediados del XVIII este crecimiento se ralentiza y deja de mostrarse unánime: algunas comarcas detienen su crecimiento demográfico en 1754, otras en 1769, algunas otras muestran una reactivación finisecular; pero en el conjunto de la Galicia atlántica la fase más intensa del desarrollo demográfico es la centuria 1650-1750.

c) Los precios:

Los índices muestran la existencia de cuatro fases bien definidas en el movimiento de los precios del grano:
1_ Fase de estancamiento (1600-1651), que sucede al período de alza de precios de 1550-1600, y cuya característica es el escaso movimiento de los índices. Los cereales, que han venido experimentando en toda la segunda mitad del XVI (y sobre todo en el último cuarto de siglo) un alza ininterrumpida de precios, hasta duplicar en 1600 el nivel de 1550, se mantienen durante la primera mitad del XVII fluctuando en torno al índice 100.
2_ Fase corta de alza de precios (1652-1681), cuya característica es la continuidad y uniformidad del movimiento. En treinta años los precios medios de los cereales suben casi un 60 por 100.
3_ Fase de contracción (1682-1727), cuya característica es la inestabilidad, ligada indudablemente a violentas fluctuaciones cíclicas de las cosechas, que parecen registrar los elevados valores de los coeficientes de variación del período. Del nivel 160, en el año 1680, los precios se desploman al nivel 100; y tras una violenta subida durante un ciclo, retornan al final del período al nivel 120.
4_ Fase larga de alza de precios (1728- 1817), cuya característica es la intensidad y la continuidad del movimiento. En noventa años los precios agrarios casi se quintuplican, pasando del nivel 120 al nivel 570 en la media de los tres cereales, y éste parece ser el hecho dominante de la coyuntura bisecular de los precios. El alza de los precios es aquí más precoz y más fuerte que en el interior de la Península.

Respecto a los precios de la carne y el vino, su movimiento no es enteramente uniforme con el de los cereales. Durante la fase de estancamiento de la primera mitad del siglo XVII los índices de precios de la carne y del vino caen por debajo de los de los cereales perceptiblemente. Durante la fase corta subsiguiente de alza general de precios los de la carne y el vino acompañan, e incluso superan ligeramente, a los de los cereales en su subida. Durante la fase de inestabilidad de 1682- 1727 el comportamiento de la carne y del vino es variable, pudiendo afirmarse que en conjunto suben menos qu los de los cereales en los momentos de baja de precios. Por último, durante la fase larga alcista de 1728- 1817 la ley histórico-económica por la que los granos aventajan siempre en su alza a los alimentos superiores se cumple de modo desigual según los productos: hasta los primeros años del XIX el precio de los granos aumenta casi el doble que los del carnero y del vino, pero mantiene aproximadamente el mismo ritmo de crecimiento que los de la carne de vacuno.

Fuente: Antonio Eiras Roel, Estudios sobre agricultura y población en la España Moderna, Santiago, 1990

1 comentario:

David Alonso dijo...

Veo, Ana, que has completado lo impartido en clase. Me parece muy correcto. En cualquier caso, echo en falta una mayor integración entre lo bibliográfico y lo impartido en clase. Eso hubiera enriquecido notablemente tu entrada
Un saludo,
David Alonso