lunes, 17 de noviembre de 2008

Nicolás de Oresme

Nicolás de Oresme (1323-1382) Fue un gran erudito que destacó en campos como la teología, medicina, filosofía y economía. El pensamiento económico de Nicolás de Oresme se centró en dos temas fundamentales, el comercio y el monetarismo.
El incremento del poder monárquico que se estaba iniciando en la época de Oresme va a condicionar su pensamiento económico, ya que, él como consejero del rey de Francia va a enfocar sus teorías económicas a intentar incrementar el poder de su señor.
Oreresme era partidario de que el príncipe fomentara el comercio en su reino, pues de esta manera aumentaría la riqueza de sus súbditos y de la propia monarquía que se beneficiaría del aumento de los ingresos por impuestos. Esta idea que podemos considerar plenamente mercantilista la desarrolló Nicolas de Oresme en el S.XIV, por lo tanto vemos que las doctrinas económicas practicadas en la Edad Moderna venían realizándose en algunas partes del continente desde siglos atrás.
Oresme también fue una de los precursores del monetarismo al desarrollar una línea de pensamiento que conectaba el comercio con la correcta administración financiera y por extensión con la moneda. Oresme definió el papel que debía tener el príncipe en la economía y en el cuidado de la buena moneda, es decir, el príncipe debía velar por que existiera una buena moneda, por lo tanto tenía que garantizar su peso, mantener su estabilidad y evitar el fraude.
La moneda del Antiguo Régimen era muy diferente a la actual, pues mientras que la moneda antigua se acuñaba en metales nobles como el oro o la plata, la moneda actual se acuña en metales corrientes o en papel. Por lo tanto la moneda actual sólo tiene valor nominal, es decir, el valor que le otorga el banco del país emisor, sin embargo la moneda del Antiguo Régimen tiene valor nominal, el valor que le ponía el rey, pero también tiene valor intrínseco porque esta acuñada en un metal valioso.
Oresme intentó establecer desde el punto de vista teórico las características que debía tener la moneda. Él en un primer momento era partidario de hacer coincidir el valor intrínseco y nominal de la moneda. Era consciente que los reyes para obtener dinero manipulaban la moneda, es decir, le daban un valor nominal superior al intrínseco y así obtenían beneficios a corto plazo, pero esto tenía consecuencias calamitosas para la economía de un país a largo plazo como ocurrió en Castilla en el S.XVII. Oreme comprendió que si se hacían coincidir los dos valores el rey perdía dinero porque el rey se encargaba de acuñar la moneda y esto conllevaba gastos. Por lo tanto él pensó que el valor nominal debía ser ligueramente superior al valor intrínseco, llamando a esa pequeña diferencia premio de acuñación, de tal manera que en términos técnicos el valor nominal era igual al valor intrínseco más el premio de acuñación.
En el pensamiento de Oresme el príncipe debía velar por la buena moneda porque al hacer esto la economía del país mejoraría y el rey podría beneficiarse del aumento de la riqueza.
Para Oresme las operaciones monetarias no debían hacerse para obtener lucro, por lo tanto, el cambio, tráfico o custodia del dinero no debía cobrarse porque se estaría incurriendo en el pecado de la usura. Así mismo la alteración o falsificación de la moneda era algo execrable e inmoral y debía perseguirse como un delito de lesa majestad, ya que, al manipular una moneda estabas atentando contra el propio rey representado en la moneda.

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