lunes, 17 de noviembre de 2008

La ley Gresham

Una de las consecuencias de la manipulación monetaria, que tanto utilizaron los reyes en la Edad Moderna, es que la moneda buena es sustituida por la moneda de peor calidad en las transaciones económicas. A este fenómeno monetario se le conoce como la ley Gresham.
Sir Thomas Gresham, que fue un importante financiero y mercader en su época, de hecho fue el fundador de la Real Bolsa de Comercio de Londres y consejero de Isabel I de Inglaterra. Gresham se dio cuenta de que, en todas las transacciones que llevaba a cabo, la gente prefería pagar con la moneda más débil del momento y quedarse con la más fuerte para dedicarla al ahorro, ya que, la moneda fuerte tenía más valor intrínseco que la débil al tener más cantidad de metal noble. Gresham observó el hecho pero no realizó una formulación teórica del mismo. No fue hasta fines del S.XIX cuando este principio económico empezó a denominarse de este modo.

La ley de Gresham dice que la moneda mala (bajo contenido de metal noble) sustituye a la buena (alto contenido de metal noble) porque los agentes económicos tienden a utilizar la moneda mala en los pagos internos mientras que a la buena la atesoran, la funden o la usan en pagos internacionales ya que los extranjeros no aceptan una moneda mala como medio de pago. Por lo tanto, la moneda que se va a usar en el país va a ser la mala ya que la buena saldrá de circulación porque nadie estará dispuesto a usarla en los pagos internos. El uso de la moneda mala dentro del país hace que la moneda nacional se deprecie y empeore el tipo de cambio, teniendo esto consecuencias funestas a largo plazo para la economía de un determinado territorio.

Esta ley señala que el dinero malo desplaza al dinero bueno y lo saca del mercado. Por ejemplo, en cierta época en Tanzania se usó el ganado como dinero. Pronto las personas se dieron cuenta de que en las transacciones sólo se usaban los animales más flacos y enfermos. La razón era muy sencilla: los valores de los bienes y servicios se expresaban en número de cabezas, sin distinguir entre ganado bueno y malo. Puesto que el ganado tiene un intrínseco por la carne, leche, cuero y por servicios de transporte que era más conveniente pagar con ganado malo y conservar el bueno. Esto mismo sucederá en la Edad Moderna con la moneda debido a que la moneda imperante en la época es una moneda mercancía, es decir, tenía un alto valor intrínseco. Por lo tanto una persona que tenía dos monedas de idéntico valor nominal hará transacciones con la que tenga menos metal noble, ya que, intrínsecamente es menos valiosa.

Sir Thomas Gresham

1 comentario:

David Alonso dijo...

Entrada muy interesante que amplía lo dado en clase. Muy bien. Eso sí, para la próxima ocasión cita tus fuentes de información.
Un saludo.