Los grandes descubrimientos abrieron el comercio europeo a otros continentes, de los que se obtuvieron ingentes cantidades de productos fundamentales para el comercio y el desarrollo de la Europa moderna. América proporcionó grandes cantidades de metales preciosos, necesarios para activar el comercio, y de productos agrícolas como café, cacao o caña de azúcar. En Asia se compraban especias, té, algodón y tejidos de seda. África ofrecía a los europeos la mano de obra esclava necesaria para poner en funcionamiento las economías de plantación en América. Por lo tanto en la Edad Moderna se inició el proceso de mundialización de la economía.
El centro económico del continente se trasladó desde el área mediterránea al noroeste de Europa. El centro de la economía se situó en la zona flamenca teniendo como puntos fundamentales Amberes, hasta el saqueo de 1576, y luego a Ámsterdam. Más tarde el centro se movió hacia Inglaterra, cuya capital, Londres, fue la principal plaza del comercio mundial en el S.XVIII.
El desarrollo económico en la Edad Moderna no fue continuo ni progresivo. El S.XVI fue un siglo de expansión económica gracias a los descubrimientos y el comercio con otros continentes. El S.XVII fue un siglo de crisis general en el continente derivada en gran medida de la Guerra de los Treinta años y los conflictos asociados a la misma. Pero desde el último tercio de siglo se inició una clara recuperación económica. El S.XVIII fue un siglo de gran crecimiento económico propiciado por el desarrollo científico y técnico.
El pensamiento económico no se mantuvo estático, sino que varió a lo largo del periodo. Durante los Ss. XVI-XVII imperaron las tesis mercantilistas. En el S.XVIII la fisiocracia se convirtió en la doctrina dominante en la economía continental. En el último tercio del S.XVIII surgió el liberalismo económico, teoría económica fundamental en los siglos siguientes.
Desde mediados del S.XVII se inició un proceso de desarrollo científico, que propició un gran avance técnico en el siglo siguiente. Las nuevas técnicas surgidas en el S.XVIII consiguieron un notable desarrollo de la economía al mejorar en algunas zonas del continente la producción agraria, y fomentando una verdadera revolución agrícola. Más tarde en Inglaterra esta revolución agrícola serviría como punto de apoyo para el surgimiento de otra revolución, pero en este caso industrial que abriría el camino a la economía moderna.
La asignatura me ha aportado una visión ampliada de la economía en la Edad Moderna, pues el estudio que se realiza de la materia en las asignaturas comunes de historia moderna es muy reducido. Así mismo, la asignatura ha hecho hincapié en las teorías económicas imperantes en el periodo, así como, en las inmediatamente precedentes otorgándonos un claro panorama del marco teórico en el que se desarrollaba la economía del momento. Por otra parte el estudio de las principales escuelas historiográficas dedicadas a la historia económica nos ayuda a comprender mucho mejor la bibliografía manejada en nuestros trabajos, y los porqués de los temas estudiados a lo largo del tiempo por dichas escuelas, así como, la manera de trabajarlos e interpretarlos.
Por otra parte el trabajo me ha colocado en una situación académica nueva para mí, pues si bien es cierto que he realizado trabajos con anterioridad, nunca de la magnitud y complejidad de este. El trabajo me ha aportado una metodología y unos conocimientos bibliográficos que sin duda me serán muy útiles en el resto de mis estudios.