A partir de Heckscher y su obra clásica surgen otros autores que tienen una visión más crítica acerca del mercantilismo, curiosamente todos ellos pertenecientes al mundo anglosajón. Dos de ellos son Jacob Viner, perteneciente a la universidad de Chicago, y Coleman. Este último desmiente que el mercantilismo pudiera construir una escuela. En 1969 dice que Heckscher había dejado de lado la literatura económica castellana u holandesa, y que utilizó de esta manera la parte (casos inglés y francés) por el todo. El mercantilismo sería, pues, un pensamiento a posteriori, creado por la historiografía actual para hacer referencia a un momento concreto del pasado. Esta teoría se refleja en el trabajo de otros investigadores como Perdices de Blas, quien rotundamente afirma que no hay escuela mercantilista.
Por último, Magnusson, en 1994, revalidó el concepto de mercantilismo para aplicarlo al estudio de la economía durante los siglos XVI y XVII, si bien es cierto que el debate sigue abierto, y continúa habiendo historiadores y economistas de ambos bandos.
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