martes, 25 de noviembre de 2008

El mercantilismo. Parte I

. Características: fundamentalmente intervencionismo y proteccionismo. Intervención continua de los Estados.

Vendría a ser el conjunto de escritos económicos junto a la práctica política que se dio en Europa entre mediados del siglo XVI y finales del XVII. Existe una doble perspectiva con esta materia: el pensamiento económico y la práctica política (medidas del gobierno). La intervención del Estado (en aquella época = monarquía) en cualquier materia económica conllevaba un aumento del poder monárquico (del autoritarismo se pasó al absolutismo). El mercantilismo favorecerá esta inercia, fortalecimiento del poder del rey por esta intervención. Dicho intervencionismo se desarrolló por una legislación reguladora que pone en marcha la monarquía, con dos objetivos: acrecentar el nivel de ingresos (fiscales y no fiscales) que llega a manos del rey desde cualquier lugar de la sociedad para poder mantener el creciente gasto militar y suntuario (necesidad cada vez mayor que iban teniendo las monarquías para acrecentar sus riquezas, debido a las guerras, cada vez más costosas -nuevas tecnologías, por ejemplo-).

Esto ha llevado a una teoría muy influyente entre los historiadores de los años 60-70 (siglo XX): Teoría sobre la Revolución Militar. Sus máximos defensores fueron Downing y G. Parker, entre otros. Intentaba explicar la evolución de la guerra/militar, generalmente en toda Europa a lo largo de la Edad Moderna. Según estas teorías, las innovaciones en el campo militar (artillería y tecnología defensiva -murallas, por ejemplo-) eran más caros, lo que implicaba una creciente necesidad de dinero, lo que a su vez conllevaba más impuestos. El único poder que tenía capacidad de imponer más impuestos era la monarquía, lo que les llevaba a tener más control sobre la sociedad y, por lo tanto, una mayor centralización del poder. Resumiendo, exponía la guerra como principal causa explicativa de los cambios económicos de la Edad Moderna. Surgieron críticas contra este modelo: en algunos casos los países más potentes militarmente (Inglaterra, Países Bajos) eran monarquías parlamentarias, lo que no conllevaba tanta centralización. Esta teoría presupone que las monarquías absolutas tendieron a hacerse más independientes de otros poderes, cuando en verdad no estaba tan claro (Ejemplo: dependían del crédito; límite que de algún modo fue impulado asimismo por la guerra = elementos de dependencia, no sólo de centralización).

Con esta intervención también se pretendía que el rey interviniera en el poder económico para así aumentar la riqueza de las élites sociales (ricos que cada vez lo son más, que pudieran sostener a su monarquía). Los altos estamentos sociales se consideraban las bases del poder real y el mercantilismo defendía que haciéndolas más poderosas, se fortalecería por lo tanto a la monarquía.

Edad Moderna: Relación entre monarquía, élites y el propio carácter del absolutismo (las élites = poderosos). Poder absoluto del rey que tiende a llegar a todos los rincones de sus reinos y donde su voluntad es equivalente a mandato. Por poder absoluto hay que entender un poder preeminente en el que el rey se hace la referencia último en los asuntos de sus reinos. La característica fundamental de la Edad Moderna va a ser el pacto: el consenso entre los poderosos y el monarca (los primeros sostienen a la figura del segundo mientras éste garantice su poder en la sociedad). En esta idea de pacto el rey integra a los poderosos, los mantiene, pero en definitiva, como consenso o pacto, existen unas limitaciones para el poder real. La gran victoria de la monarquía en la Edad Moderna consiste en que el rey será árbitro de los grupos más poderosos de las oligarquías (para que uno de éstos pudiera prosperar, tenía que apoyarse en el monarca). De este modo, el rey era el garante de la estabilidad, pero no podía ir contra el sistema, ya que esto supondría prescindir de las élites. Conclusión: mientras más crecieran los poderosos, más lo hacía el rey, pero al mismo tiempo también crecían las limitaciones al poder de éste. El pensamiento económico de la época sostuvo todo este entramado, mediante la legislación.

El mercantilismo no va a estar al margen, cuyo objetivo era apoyar a la monarquía. A partir de aquí, escritos mercantilistas van a defender el proteccionismo (producción de territorios propios) y a la autarquía (economía autosuficiente -de un país, nación...-). Con el mercantilismo también se van a defender políticas proteccionistas que intentan limitar la importación de productos manufacturados y a su vez la exportación de materias primas. Motivo de esto: si un país trataba de no comprar al extranjero, evitaban que otros acaparasen divisas, lo que se tradujo en fuertes aranceles a otros países. Además, el mercantilismo defiende que un país tiene que ganar todo el oro y plata que pueda, con lo que se vuelve a los fuertes aranceles que se impusieron a las importaciones, antes mencionadas. Asimismo, se fomenta la industria nacional--> Dos formas de acumulación de estos materiales: teniendo minas y fomentando industria y comercio. Aparte de los aranceles, se trata de evitar en todo lo posible las exportaciones de materias primas y sí exportar productos manufacturados (ligado con las intenciones del Estado de beneficiar a las industrias manufactureras). En conexión con ello, intentan los postulados mercantilistas perpetuar los monopolios comerciales.



Luis XIV de Francia y uno de sus ministros, Colbert. Representantes del absolutismo y el mercantilismo, respectivamente, durante el siglo XVII

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